(Continuación) Se estima que los humanos podemos detectar geosmina en concentraciones tan bajas como cinco partes por billón (5/1 000 000 000 000), equivalente, para que se haga una idea, más o menos a una (1) cucharada de la misma en doscientas (200) piscinas olímpicas.
Por otro lado, esta sustancia nos
aporta beneficios para la salud, pues actúa como fuente de muchos antibióticos,
y tiene aplicaciones en perfumería, donde la molécula natural se biosintetiza
en el laboratorio, sin olvidarnos de su papel en la evolución animal.
Geosmina y supervivencia
Al igual que ocurre en los seres humanos, en concreto esta sustancia resulta esencial para la supervivencia de algunos animales en el desierto, sobre todo de los camellos, para los que el hecho de percibir su olor es una pista olfativa inequívoca de la presencia de agua; de un oasis cercano que le abastezca de agua y le hidrate.
Pero la geosmina no es la
única sustancia que contribuye al “olor a tierra mojada”, no, existe otra
procedente también del suelo, pero en particular de las rocas, y que pasa al aire al mismo
tiempo, cuando la lluvia cae sobre ellas, recibe el nombre de petricor.
Diversos estudios [Bear
y Thomas, 1965] sugieren que la geosmina y ciertos aceites exudados son
expulsados por las plantas durante las temporadas secas, para retardar la
germinación de las semillas y el posterior crecimiento, y así minimizar la
competencia por el agua; unas sustancias que se acumulan en diferentes suelos y
rocas.
“Olor a tierra mojada”: Petricor,
1964
Se trata de un proceso que no fue estudiado hasta 1964, sesenta años lo contemplan, por dos geólogos australianos, I. J. Bear y R. G. Thomas, que lo llamaron en inglés “petrichor”, apareciendo por primera vez en la revista Nature donde lo describieron como “el olor que deriva de un aceite exudado por ciertas plantas durante periodos de sequía”.
Un aceite que
queda absorbido en la superficie de las rocas, principalmente sedimentarias
como las arcillosas, que al ser golpeadas por la lluvia es liberado a la
atmósfera junto a otro conocido compuesto, la geosmina. Los dos juntos son los
causantes de lo que denominamos el “olor a tierra mojada”, un proceso bioquímico.
Etimológicamente el término
compuesto deriva del griego pétros, ‘piedra’ e ichór, ‘sangre de
los dioses’ y es que, en la mitología griega el icor es la esencia que corre
por las venas de los dioses en lugar de la, animal, sangre; no en vano ellos son
homéricos y divinos. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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