jueves, 25 de enero de 2024

DCPS. ‘Tornillo de Arquímedes’ (1)

No busque la expresión del titular ni entre los rótulos del nomenclátor callejero de la ciudad ni entre las placas que acompañan a monumentos o edificios porque no la encontrará, no existe ni uno ni otra.

Lo más parecido en Sevilla a dicha expresión es la figura de más arriba, perteneciente a un juego de agua infantil que se encuentra en el Parque de los Descubrimientos, ubicado en el paseo Juan Carlos I de la ribera izquierda del rio Guadalquivir, la de levante o sea la del noroeste de Sevilla (41002).

Un parque singular también conocido como el “del barco pirata” por razones obvias -es enorme, tiene capacidad para 30 tripulantes y dispone de toboganes, rampas, cuerdas, escalas- y que entre otras atracciones posee columpios, poleas, grúas excavadoras, juegos de mesa, de sonido, de arena y de agua, y sí tiene un dispositivo llamado en puridad tornillo de Arquímedes.  

¿Qué es un tornillo de Arquímedes?

Desde un punto de vista técnico se trata de una máquina simple derivada de un plano inclinado que sirve para elevar líquidos y sólidos, incluso ambos mezclados, al estar conformado como un cilindro hueco que gira sobre su propio eje.

O de otra forma, es una máquina gravimétrica helicoidal utilizada para la elevación de agua, harina, cereales, material excavado, o casi todo lo que se le pueda ocurrir, y que esté situado por debajo del eje de giro.

Quizás sea la bomba de desplazamiento positivo más antigua de la que tengamos noticia, pues toma material de una ubicación y lo descarga en una superior valiéndose de: una barrena o hélice instalada dentro de un cilindro de ajuste apretado; unos bolsillos incorporados entre la hélice y la pared del cilindro.

Además, naturalmente, de la energía que hay que incorporar al proceso, en principio humana, no olvidemos el principio de conservación de la energía. y que nada resulta gratis en la naturaleza.

¿Por qué se llama así?

También conocido como cóclea (del latín cochlea, caracol) o tornillo sin fin por su circuito infinito, lleva el nombre del siracusano a pesar de que él nunca se atribuyó el mérito de la invención.

Todo apunta a un error del historiador siciliota Diodoro Sículo (siglo I a. C.), quien se lo adjudicó doscientos años después, porque los primeros registros de un tornillo de agua, o bomba de tornillo, se remontan al Egipto helenístico antes del siglo III a. C. O sea que no.

Por otro lado sabemos que Arquímedes visitó Egipto hacia el 234 a. C., donde es seguro que supo de la bomba, la estudió, describió e introdujo en Grecia y de ahí, es probable, el error de Diodoro. Curiosamente las representaciones griegas y romanas de estos tornillos los muestran accionados por un ser humano que, pisando una carcasa exterior, lo hace girar como una sola pieza. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 04 de septiembre de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

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