(Continuación) Y del cordón umbilical, o trozos del mismo, del Niño a las gotas de leche de su Madre, sí estoy con usted esto es un no parar cada vez más inverosímil.
Leche de
María
Supuestamente cinco gotas de la leche del pecho del que María
daba de mamar al Niño Jesús y que se conservan en diferentes lugares: la custodiada por los agustinos de Santa María del Popolo
en Roma y las que hay en las catedrales españolas de Oviedo, Murcia y Mallorca.
En puridad hay que decir que no se trata de líquido
materno propiamente dicho, sino de una sustancia blanca extraída, supuestamente,
de las paredes de la llamada Gruta de la Leche en Belén donde, según la
tradición, María amamantaba a su hijo y unas gotitas de la leche salpicaron la pared
de la cueva, volviéndola de color blanco.
Sabedor de esto los peregrinos, en su visita al lugar, rascaban la superficie blanca de sus paredes y se llevaban los fragmentos sólidos como si fueran un tesoro; dicen que los del relicario de Murcia se tornan líquidos (licuefacción) todos los años, justo el día de la Asunción; así que marchando otra versión de San Genaro.
Pastores,
pastores
El Evangelio nos dice también, "Los pastores
fueron corriendo y encontraron a María, a José y al niño acostado en el
pesebre" (Lucas 2,16-17), eso solo dice, aunque cierta tradición
afirma y asegura que existen restos óseos de tres de esos pastorcillos.
Sus nombres Jacobo, Isacio y Josefo que junto a sus
zurrones y tijeras de esquilar se encuentran en la iglesia de San Pedro de
Ledesma, Salamanca, donde fueron traídos en 1149 por Micael Dominiquiz, un caballero cruzado oriundo de la villa salmantina.
La noticia se propagó y llegó hasta Roma, donde el Papa Inocencio XI le concedió a la iglesia el privilegio de una cofradía para salvaguardar dicho tesoro pastoril. Claro que a la par también circula otra leyenda del medioevo, bastante menos crédula, según la cual dichos huesos pertenecen, probablemente, a tres pastores, … pero del mismo pueblo de Ledesma o sus alrededores.
Plumas
de ángeles
Puestos a rizar el rizo, también hay quienes afirman que
existen plumas de ángeles dispersas por el mundo y pertenecientes a
diferentes dueños, como los ángeles que se les aparecieron a los pastores o,
con anterioridad, una del arcángel San Gabriel, tras anunciar a María en
Nazaret, que iba a ser la madre del Niño Jesús.
La misma que durante años estuvo en el monasterio de El
Escorial y, según testimonios de la época, medía un metro y era de color rosa
suave. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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