viernes, 5 de enero de 2024

DCPS. Calle Johannes Gutenberg (1)

Con sus 295 m de longitud esta calle arranca en la vía de Leonardo da Vinci y a ella confluye la de Max Planck al NO de la ciudad, en unos terrenos conocidos como La Cartuja o la Isla de la Cartuja (41092).

Una zona que recibió dicho nombre por encontrarse en su parte meridional el Monasterio de la Cartuja de Sevilla, antiguo monasterio cartujo de Santa María de las Cuevas, y un lugar que, por otra parte, acogió a la Exposición Universal de Sevilla 1992.

También conocida de forma popular como Expo '92 o simplemente la Expo, no es la primera vez que aparece en esta tribuna periodística, semanal, digital y, pretendidamente, divulgadora de lo científico.

Johannes Gensfleisch (1400-1468)

Ése era en realidad el apellido del maguntino, Gensfleisch, por el que se le conoce, Gutenberg, no es más que el nombre de una casa propiedad de su padre, un rico patricio dedicado a la orfebrería, y que él terminó adoptando. Ha de saber que gran parte de su vida está envuelta en el misterio, y eso que es el gran artífice de la accesibilidad y la expansión del conocimiento, una paradoja sin duda.

Empezando por la fecha misma de su nacimiento que se desconoce, se estima que fue entre 1394 y 1404 aunque de manera simbólica, en 1900, se escogiera como fecha de cumpleaños oficial el 24 de junio de 1400.

Los hechos aislados que salpican su vida y de los que hay registro, hablan de un artesano emprendedor, ‘de casta le viene al galgo ser rabilargo’, que tuvo que reinventarse varias veces en su vida tras fracasar, por motivos diferentes, en algunos de sus negocios.

Sabemos que en 1437 inventó un novedoso sistema para pulir piedras preciosas y que un año después, con un par de socios, fabricaba espejos para los peregrinos, un negocio que por motivos que no hacen al caso no marchó bien.

Pero a la vez, y de manera secreta y reservada, Johannes trabajaba en otra actividad a la que llevaba tiempo dándoles vueltas: un procedimiento que permitiera fabricar libros de manera mecánica, mediante caracteres metálicos.

Una imprenta capaz de elaborar un libro tan hermoso y perfecto como los más soberbios manuscritos de la época, y que a la vez reprodujera varias copias en menos de la mitad de tiempo de lo que tardaba en hacerlo el más rápido de todos los monjes copistas del mundo cristiano.

Unas copias que además no se diferenciarían en absoluto de las manuscritas por ellos; una maravilla de invento, vamos.

Antes de Gutenberg

Por ponerle en antecedentes, en Europa durante siglos no se conoció otra forma de reproducción de textos que la copia manuscrita realizada por escribanos, monjes y frailes, que trabajaban básicamente en los escritorios de los monasterios y por encargo del propio clero, reyes, nobles o gente adinerada. Un proceso por tanto lento, de años, de escasa difusión y muy, muy, costoso. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 24 de julio de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

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