domingo, 12 de noviembre de 2023

DCPS. Rótulo de Aristóteles. CEIP José María del Campo (3)

(Continuación) Seguimos en el mismo y único reconocimiento callejero que la ciudad tiene hacia el que, quizás, es el filósofo griego más estudiado de toda la historia; uno realizado en soporte de azulejo y colocado en la fachada de un centenario centro educativo en pleno barrio de Triana, el que fue arrabal de Sevilla en la orilla de poniente del río Guadalquivir.  

4.- Aristóteles concibe un universo absolutamente pleno de cuerpos y por supuesto refuta las ideas de otros filósofos que consideran el vacío como una realidad física, en su planteamiento: éste no puede existir pues la materia es continua; Demócrito y otros tantos están equivocados; y la teoría atomista es falsa al implicar que entre átomos exista vacío. No, el vacío es aristotélicamente imposible y lo dice su principio de autoridad.

Autoridad aristotélica

Antes de proseguir me gustaría trasladarle una idea acerca de la responsabilidad sobre los errores aristotélicos, y que en puridad debería repartirse entre: él, protagonista principal; sus seguidores, colaboradores imprescindibles; y las circunstancias que rodearon a su obra.

Para empezar, a él se deben muchos de dichos errores al confiar más en lo que creía que “debía” ser cierto, según su esquema del mundo, que en la exigible y pertinente observación directa.

No faltan pruebas de que el sabio nunca descendió a comprobar experimentalmente sus hipótesis, de hecho y muy a menudo, fue más brillante por las cuestiones que suscitó que por las respuestas que ofreció. Hay hombres así.

Y a sus seguidores les corresponde otra porción de la tarta de errores y falacias, dado el dogmatismo que desplegaron alrededor de sus enseñanzas, de las que conviene recordar que fueron recogidas por sus estudiantes, están parcialmente perdidas y se tomaron casi como revelación divina, durante buena parte de la Edad Media. Estamos por tanto ante unas mentiras que se perpetuaron durante muchos siglos.

‘Aristóteles dixit’. En la Tierra: cinemática

Y del espacio exterior bajamos al planeta terráqueo o, como quien dice, directo del cielo a la tierra, de la que nuestro hombre también tenía su opinión formada sobre no pocas de sus características y fenómenos que se producen en ella.

5.- Por ejemplo, el de una Tierra inmóvil. Para él no podía ser de otra forma al resultarle del todo absurdo que ésta se moviera pues en ese caso, cuando una manzana cayese de un árbol, no caería al pie del mismo sino a metros de distancia, exactamente los mismos que se hubiera desplazado la Tierra mientras la manzana caía. Ad absurdum. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 12 de junio de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

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