(Continuación) Sin embargo, ya se lo adelantaba, y ciñéndonos al campo de las ciencias, junto a observaciones increíblemente perspicaces (sirva de ejemplo la clasificación de las especies vivas) cometió sorprendentes, o no tanto, errores de bulto.
‘Aristóteles dixit’. Universo, estructura
He aquí algunos de ellos entre los que, naturalmente, no
está el protagonizado por cierta ministra española de cultura quien, en cierta
ocasión, le hablo de principios de este siglo XXI, confundió el término latino ‘dixit’
con los personajes animados televisivos Pixie & Dixie, como lo lee.
Un sucedido, estará conmigo, que va más allá del rango de
anécdota para adentrarse con toda justicia en el de categoría, pero vamos a lo
que nos trae yendo de lo general a lo particular, de lo macro a lo micro
empezando, claro, por el universo.
1.- Universo que él considera geocéntrico con la esfera de la Tierra inmóvil en su centro y el resto de cuerpos celestes, unos girando a su alrededor (la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter, Saturno) y otros estáticos (estrellas fijas).
Constituyen, en principio, las mistéricas “ocho
esferas” que “el filósofo” consideró insuficientes para explicar todos los
movimientos observados en los cielos, por lo que las aumentó hasta 56. Ya sé
que le puede parecer pueril, lo mismo que lo de la “Música de las esferas”,
pero en su momento se trató del primer intento por explicar el movimiento de
los astros sin recurrir a causas sobrenaturales. O sea que bien.
‘Aristóteles
dixit’. Universo, composición
2.- Unos cuerpos celestes que, al contrario de lo
que pensaba Anaxágoras y en la opinión del sabio, eran de naturaleza
divina y por ende perfectos. Una idea que arraigó, vaya si lo hizo, si
no que se lo pregunten a Galileo (1564-1642) y sus primeras
observaciones telescópicas de Sol, Luna y algunos planetas, donde
se mostraban bien a las claras sus irregularidades e imperfecciones.
3.- Un universo que Aristóteles explicaba con la teoría de los cuatro elementos (agua, aire, tierra y fuego) como materiales básicos, a los que añadió una serie de propiedades que les eran intrínsecas (entre ellas a la tierra el caer, al fuego el ascender, y cosas así).
Y después completó con un quinto material para explicar
la aparente perfección de los cuerpos celestes al que llamó éter,
posteriormente conocido como quintaesencia, término que en la actualidad
hace referencia a lo más puro, fino y acendrado de una cosa (RAE). La
del éter es una historia que habrá que contar en otro momento. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue
publicado el 05 de junio de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA,
del diario digital Sevilla Actualidad.
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