(Continuación) Ahora sin embargo sí y, una vez extraídos y contados uno a uno, sabemos que hay alrededor de ciento veinte (120) pelos en la fosa nasal izquierda y ciento doce (112) en la derecha que sirven, esto ya lo sabíamos, para filtrar partículas de más de tres nanómetros (3 μm) en la cavidad nasal.
Aunque le pueda parecer un chiste este estudio la
cosa tiene su aquel científico pues servirá para investigar cómo afecta la
falta de vello nasal al sistema inmunológico de las personas con alopecia, una
enfermedad que provoca la caída del cabello. No me diga que no tiene
importancia salutífera y clínica la cosa, y es merecedor del Ig Nobel de Medicina.
Entre otras limitaciones metodológicas que presenta el
estudio están: el de la muestra, sólo 20 cadáveres (10 mujeres y diez hombres);
su avanzada edad de promedio (83,5 ± 12.4 años); o la falta de datos
demográficos y personales. Referencia: The Quantification and Measurement of Nasal Hairs in a
Cadaveric Population.
Psicología
Otra diferencia entre los premios Nobel e Ig Nobel es la de que sus receptores tengan que estar vivos, y este es el caso. En realidad, de sus autores, los psicólogos Stanley Milgram, Leonard Bickman y Lawrence Berkowitz el primero falleció en 1984 y sin embargo lo recibe de manera póstuma por una investigación que publicaron en 1969.
Una que versó sobre cuántas personas tienen que estar
paradas en una calle de ciudad, mirando hacia arriba, para que otros transeúntes
se les unan y hagan lo propio, y su punto de partida era de lo más lógico.
Dada la tendencia humana a la imitación, incluso sin darnos cuenta, el “contagio” del comportamiento crecería
conforme lo hiciera el porcentaje de los que se paraban o miraban hacia arriba,
lo que ellos denominan “hipótesis del tamaño inicial del grupo”.
Y para averiguarlo estudiaron el comportamiento de 1424 peatones en una concurrida calle de Nueva York durante dos tardes de invierno de 1968, utilizando como “cómplices” en la calle a 1, 2, 3, 5, 10 o 15 personas que miraban con atención hacia la ventana de un sexto piso.
Los resultados mostraron que solo el 4 % de los
transeúntes se detuvo si era uno solo el individuo que miraba hacia arriba,
mientras que el 40 % lo hizo si era ya una multitud de estímulo de 15 personas.
Lo que apunta a que sí, la imitación parece crecer
conforme lo hace el porcentaje de los que se paran o de los que miran hacia
arriba, aunque no todo es como parece. Referencia: Note on the Drawing Power of Crowds of Different Size.
(Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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