(Continuación) Ya en pleno siglo XX y en la vieja Europa, llama la atención la fecundidad heterónima del polifacético escritor lisboeta, conocido como Fernando de Pessoa (1888-1935), desdoblado en más de setenta, algunos de ellos mujeres, y casi todos con una obra poética distinta y diferenciada; entre sus desdoblamientos más destacados por importancia y desarrollo: Álvaro de Campos, Alberto Caeiro o Ricardo Reis.
Y en ‘la pérfida Albión’, entonces aún
Europa, de su celebrada época victoriana cómo no citar el ejemplo literario más
conocido quizás de todos, El retrato de Dorian Gray del irlandés Oscar
Wilde (1854-1900), una muestra maestra de la escisión
que se experimentó en esa sociedad entre la moral convencional y la real.
Seudónimos
Un vínculo, el de apócrifo o heterónimo, que no debemos confundir con el de seudónimo, según la RAE el nombre falso que usa un autor para enmascarar el suyo propio, algo que, leído así, a bote pronto, puede parecer igual y sin embargo, piénselo, no es lo mismo.
Los seudónimos son máscaras que encubren a su autor
y lo ocultan por o para diferentes motivos: no ser juzgados por su sexo,
publicar más de un libro al año, escribir sin presión o proteger el nombre de
su familia.
Pero eso sí, en el seudónimo la persona sigue siendo
la misma, a diferencia del heterónimo que cambia para convertirse en una
proyección de su personalidad. Tirando de tiempos escolares y otras maneras de
vivir, seguro que le suenan:
Azorín - José Martínez Ruiz; Clarín - Leopoldo Alas; Colette - Gabrielle Sidonie; Fernán Caballero - Cecilia Böhl de Faber y Larrea; Forges - Antonio Fraguas; Gabriela Mistral - Lucila Godoy Alcayaga; George Orwell - Eric Blair; Jack London - John Griffith Chaney.
O Lewis Carroll - Charles Lutwidge Dodgson; Mark
Twain - Samuel Langhorne Clemens; Moliere - Jean Baptiste Poquelin; Pablo
Neruda - Neftalí Ricardo Reyes; Stan Lee - Stanley Martin Lieber; Stendhal
- Marie-Henri Beyle; Virginia Woolf - Adeline Virginia Stephen; Voltaire
- François-Marie Arouet.
Butades
O boutades, plural de la adaptación gráfica
para la voz francesa boutade, “salida extravagante e ingeniosa, de
intención a menudo provocadora”, propuesta por el Diccionario Panhispánico
de Dudas (DPD) y de las que el genial irlandés Oscar Wilde era un
maestro consumado.
Aunque quizás le suene ésta otra, del polímata francés Georges Clemenceau (1841-1929), “Me gusta tanto Alemania que prefiero que haya dos”, en fin, ya sabe que entre vecinos la alegría va por barrios. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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