De lo experimental
y lo teórico
Y con este sector crítico se alineó el, primero físico y más
tarde químico, profesor sueco Svante August Arrhenius (1859-1927)
galardonado con el Premio Nobel de Química en 1903 por ‘su
contribución al desarrollo de la química con sus experimentos en el campo de la
disociación electrolítica’.
Él redactó un informe interno (por supuesto negativo)
sobre la relatividad general, explicando por qué Einstein no
debía obtener el galardón; indicaba, no solo que el margen de error de las
medidas tomadas durante el eclipse de 1919 por el británico Eddington excedía
en mucho el efecto que intentaba medir, lo cual era discutible.
“Física aria” vs. “ciencia
judía”
Y no queda ahí la cosa, aunque volveremos sobre él más
adelante, destacar el antisemitismo imperante en la época y que personalizamos
en esta ocasión en el físico húngaro nacionalizado alemán Philipp Lenard
(1862-1947), ganador del Premio Nobel de Física en 1905 ‘por sus
investigaciones sobre los rayos catódicos y el descubrimiento de muchas de sus
propiedades’.
Él y su fuerte crítica a las que clasificaba como rarezas de
la teoría de la relatividad generalizada, argumentando que no se basaba en
experimentos y descubrimientos concretos; de hecho, solía catalogarla como una
“conjetura filosófica”, una característica distintiva de la “ciencia judía”.
“Algo olía a
podrido en el Comité Nobel de Física”
Pero por si todas estas adversidades fueran poco, no es menos cierto que
el comité sueco tenía preparada su propia agenda para el destinatario del
premio nobel de física de 1920, que no era otro que Guillaume, y la tenía
preparada desde hacía bastante tiempo, vamos años, lo que se dice “la docena del
fraile”, ya me entiende.
(Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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