sábado, 3 de junio de 2023

DCPS. Vítores en Sevilla. Otros significados y un falaz origen (1)

(Continuación) Son pintadas representativas de la otrora sevillanía universitaria -con las que algunos estudiantes celebraban sus propios logros o los de otros compañeros, a modo de loa pública de sus “victorias académicas”- y que aparecen en grandes caracteres sobre las paredes de las instituciones más señeras de la ciudad.

Un acto para proclamar la obtención del título de Doctor que completaban con la celebración de una comida para profesores, familiares y compañeros (que se mantiene más o menos en la actualidad) y de un festejo taurino que ya no.

El mismo del que se obtenía la sangre utilizada para pintar el vítor, razón de su color rojo, y a la que se añadía óxido férrico u óxido de hierro (III), Fe2O3, junto a algún pigmento mineral o vegetal para su fijación y durabilidad.

De Salamanca, no de Tierra Media

Una artística combinación de letras, símbolos, dibujos y números la susodicha pintada que, como alguien me dijo hace poco, más bien parecen sacados de las lenguas de la Tierra Media, ya me entiende, el ficticio continente en el que transcurren buena parte de las historias que el polímata autor británico J. R. R. Tolkien (1892-1973) escribió para su Legendarium.

Una colección de leyendas o libros a modo de historia antigua de la Tierra, en puridad de Europa, de muchos miles de años antes de la Era Moderna, ‘Mi tesoro, mi tesoro’. Y aunque lo pueden parecer, sobre todo según a qué ojos, pero va a ser que no.

Las inscripciones son muy semejantes a otras que abundan en Salamanca -ciudad universitaria por excelencia en la España medieval, renacentista y barroca- desde donde se fue extendiendo a otras importantes universidades de España y América.

Por cierto, no le dije que en el Nuevo Mundo existen vítores en la Universidad de Santo Domingo, en San Marcos de Lima y en la Real y Pontificia Universidad de México, entre otras.

Pero es en el patio central de la de Salamanca donde se conserva la mayor concentración de estos víctores, por así decirlo viene a ser el buque insignia de estas prácticas y bien sabido es lo que recalca el viejo adagio,.

“Lo que natura no da, Salamanca no presta”, traducción aceptable del preclaro latinajo ‘Quod natura non dat, Salmantica non præstat’, que aparece tallado en la piedra que da la bienvenida al edificio de las Escuelas Menores de la universidad salmantina. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 30 de enero de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

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