martes, 27 de junio de 2023

‘Cada uno con su cadaunada’ [CR-231]

[Esta entrada apareció publicada el 23 de junio de 2023, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]

El autor de ‘¡Que inventen ellos!’, frase con la que me despedía hace unas semanas no es otro, claro, que el bilbaíno Miguel de Unamuno, de la generación de 98 y pergeñador de otras tantas frases cuestionables para no pocos, en este tema de la ciencia y la tecnología que nos trae, como ‘La ciencia quita sabiduría a los hombres y la fe agoniza bajo la pesadumbre de la ciencia’, que estará conmigo tiene su aquél. 

Y el otro filósofo al que hacía alusión en los finales de mi entrega, el que quería europeizar España, por supuesto que se trata del “gato” novecentista José Ortega y Gasset con su imperturbable ‘Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo’, que tampoco andaba falto de autoestima.

Y entre ellos la vieja disputa acerca de la escasa aportación española a la ciencia y la técnica, y el no menos antañón tópico de nuestra incapacidad para ambas, sobre los que le di mi opinión en las entradas anteriores. Del vizcaíno, que llegó a decir aquello tan epatante de ‘mejor africanos, como San Agustín’, sólo recordarle también su humilde ‘Solo soy una m entre una y uno’, y del madrileño su antisectario, cómo no, ‘No es eso, no es eso’, junto al supuesto comentario del torero “Guerrita” al conocerlo, que seguro recuerda, sí hombre, lo del castizo ‘Hay gente pa tó’.
 
Pero volviendo a lo mollar, nuestra atávica y preocupante falta de voluntad patria hacia la ciencia y la técnica a la que no le faltan inquietantes indicios nuevos cada día, tengo para mí, aún a riesgo de equivocarme, que la raíz del problema quizás esté en la existencia de una pobre cultura científica que se refleja en la mínima inversión pública en ambas. Le aporto datos.

A finales de la segunda década de este siglo nuestra inversión era de las más bajas de la Unión Europea, un 1,24 % del PIB frente al 2,06 % de la media europea, lo que significa que algunos países la superan con creces y son los de siempre, los que muestran mejores índices de desarrollo y bienestar, vamos que no es casualidad.
No obstante, hay un detalle sorprendente, resulta que esos mismos datos indican también que estamos entre los primeros en producción científica básica, lo que tiene una doble lectura: una positiva, los científicos españoles valen mucho pues con poco obtienen bastante; y otra negativa, de cara al público parece que lo hacemos bien y, por tanto, no es necesario invertir más. Así que no tienen razón los científicos al quejarse por la escasez de medios y la excesiva burocratización del sistema, lo que resulta ser un craso error.

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

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