(Continuación) La idea, ya se la imagina, no era otra que hacerlo de dominio público y para que quedara como un recuerdo imborrable en la ciudad. Al fin y al cabo, y a diferencia de los tiempos que corren, no eran muchos los alumnos universitarios que concluían sus estudios y alcanzaban dicho grado.
Eran otros tiempos y fue entonces cuando pasó a ser un
distintivo que adoptarían los estudiantes salmantinos del medioevo. Un
privilegio singular del recién graduado universitario, y una especie de
reconocimiento conmemorativo que fue adoptado por las principales universidades
españolas como Salamanca, Alcalá de Henares, Granada, Baeza o Sevilla, además
de las de las Indias.
Unas pintadas que se realizaban tanto en rojo como en
negro, con pinturas hechas de pigmentos animales como la sangre de toro,
vegetales como aceites o barnices, o minerales como el ocre. Dado que la piedra
sobre la que se realizaba era normalmente de estructura porosa, su buena
absorción garantizaba que la pintura quedara fijada para siempre. De los víctores
o del humano deseo de la trascendencia.
Evolución
vitorea y pincelada sevillana
Una práctica pictórica que continuó hasta mediados del siglo XIX, cuando quedó prohibida por mor de la ley reguladora de la enseñanza de 1857, conocida como Ley Moyano, según la cual y entre otras disposiciones todas las universidades, a excepción de la Central de Madrid, perdieron la facultad de conceder el título de Doctor, y con ella los estudiantes la posibilidad de hacer sus pintadas.
Una potestad académica que se retomó en 1954, pero que no
trajo consigo de nuevo la costumbre, ¿grafitera? Había pasado casi un siglo,
demasiado tiempo, además la pintada, como técnica publicitaria callejera,
estaba en desuso. Corrían nuevos tiempos, algo que ya cantaba a finales del XIX
una famosa zarzuela, “La ciencia avanza que es una barbaridad”. Pues sí,
avanza y mucho, afortunadamente.
De los vítores sevillanos le aporto una
singularidad distintiva, respecto a los exteriores donde se realizaron; si bien
en Salamanca, al igual que en otras ciudades españolas, se encuentran en las
fachadas de la universidad y edificios afines, en Sevilla, están en las de
edificios emblemáticos que nada tienen que ver con ella.
Lo que abre un debate paralelo al de si son vandalismo o cultura, ¿debemos conservarlos o se deben eliminar al estar realizados en edificios ajenos al ámbito universitario? ¿Cómo lo ve? (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue
publicado el 16 de enero de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA,
del diario digital Sevilla Actualidad.
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