Einstein se encontraba descansando en Tolón (Francia),
desde donde partió en tren hacia Barcelona donde ya les esperaban (venía
acompañado de su segunda esposa Elsa) desde hacía varios días, avisados como
estaban por el telegrama que les había enviado desde Singapur anunciando, eso
sí, sin fecha determinada, de su llegada.
¡Nadie en la
Estación de Francia!
Particular le decía porque nadie acudió a recibirles a la
estación barcelonesa, dicen que “tuvo problemas con las aduanas francesas y que
no pudo avisar a tiempo”, a saber. El caso es que no
había nadie esperándoles, de manera que salieron solos de la estación y
empezaron a caminar por la ciudad condal algo desconcertados.
Y accidentada porque se dirigieron a un hotel cercano muy modesto, casi una pensión de nombre Las Cuatro Estaciones y allí pasaron la noche, a la espera de noticias de la Mancomunidad de Cataluña, institución que le había contratado. Esto es lo que cuenta Glick en su libro Einstein y los españoles. Ciencia y sociedad en la España de entreguerras.
Aunque otros
historiadores tienen otras versiones, como la de que fue el propio dueño de la
pensión -al identificarlo por los periódicos que, desde días antes ya informaban
de su inminente llegada- quien, presuroso, los llevó a la suite del Hotel Colón.
O la de que, en
realidad, Einstein acudió a la casa del científico Esteve Terradas,
dejó una nota (que todavía se conserva) avisando de su llegada y, al poco rato,
era llevado al hotel donde corrieron autoridades
y representaciones oficiales a presentar sus disculpas y mostrar todos los
cumplidos protocolarios. Lo que se dice un tratamiento con todos los honores.
Recibimiento
municipal y discurso
[*] Introduzcan
en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
Interesante y oportuna su inclusión, apenas sabía de esta visita. Espero la continuación con interés.
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