‘Piedra de la locura. Interpretaciones' (1) [CR-215]

[Esta entrada apareció publicada el 27 de enero de 2023, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]

A propósito de la serie de cuadros relacionados con la suspecta práctica médica medieval de una pétrea extracción cerebral, un viejo proverbio neerlandés ofrece una aguda e irónica visión sobre la misma: “Quien no es completamente normal, tiene una piedra en la cabeza”, tal cual. 

Una roqueña frase confusa y controvertida donde las haya, aunque es evidente que el camino del hombre hacia el entendimiento y la curación de los males cerebrales ha sido, y aún es, largo y doloroso. Empezando porque hubo tiempos en los que no se entendía que el cerebro fuese un órgano determinante desde el punto de vista fisiológico, ¿cómo lo iba a ser con una textura tan flácida?

Ya el mismo Goethe, escritor y naturalista alemán del Romanticismo, afirmaba que no era necesario visitar casas de locos para ver la locura, pues nuestro planeta era ya la misma casa de los locos del universo; como pueden ver su pensamiento científico, y el literario también, es, digamos, muy original. 

Por suerte el punto de vista de la ciencia sobre la locura y su curación ha cambiado de forma que, acerca de la intencionalidad de la serie pictórica que le he traído estas semanas -'Piedra de la locura'; ‘Extracción de la piedra de la locura’ (1); ‘Extracción de la piedra de la locura’ (y 2)-, existen dos posibles interpretaciones. 

La primera es sin lugar a dudas una crítica a la ignorancia, al hecho de poner nuestra salud en manos de sinvergüenzas y caraduras, y una apuesta clara porque este tipo de operación nunca se llevó a cabo en realidad.

Para ello esta hipótesis se basa en la total inexistencia bibliográfica, coetánea a los cuadros, donde se describan las actividades de los curanderos y, de hecho, en ningún documento conocido se detalla esta operación. Ni tampoco se refleja en los libros científicos de la época, que tratan de los métodos salutíferos usados por los médicos para cuidar enfermos. 

Ni en los de historia en los que, si bien no consta ningún registro de que dicha operación se realizase, sí existen pruebas de que se representaba en forma de farsas y en procesiones burlescas. O sea. La otra interpretación se decanta porque dichas pinturas sí representan un método real, aunque bastante llamativo y excepcional, el de la trepanación, una operación de la que tenemos constancia que el hombre ha realizado en distintas culturas y localizaciones del planeta, desde épocas prehistóricas.

Y aunque no existen pruebas escritas, es posible que en la época en que estos cuadros fueron pintados, varios médicos la consideraran factible para tratar algunas enfermedades y trastornos relacionados con el cerebro: desde las fracturas de cráneo a la epilepsia, pasando por la locura o la depresión. (Continuará)

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