(Continuación) Y lo sabemos por el polígrafo romano Cicerón (106-43) de quien en una entrega anterior, al hablarle de la pervertida y veraniega Bayas, no le dije un par de curiosidades. Una profesional, Cicerón fue un personaje clave en la Roma de su época y se hizo muy, muy, rico ejerciendo como abogado, no le digo más.
Otra familiar. Resulta que el origen de su cognomen
-de cicer, esto es, “garbanzo”- no está nada claro, por lo que hasta dos
hipótesis al respecto le traigo. Según Plutarco provenía de un abuelo
suyo que tenía una verruga en la cara parecida a un garbanzo, y sabido es que los
motes han existido de toda la vida de Dios, desde que el hombre es hombre.
Pero también pudiera ser que la familia comerciara desde
mucho tiempo atrás con estas legumbres, y ya sabe como van estas cosas de los
apodos ¿Niño, tú de quien eres? Lo dejo aquí.
¿Qué más
han hecho los romanos por nosotros?: Piscifactorías y circulación
Pues la lista no parece tener fin y no nos deja de sorprender a cada tramo que avanzamos por ella, le hablo de unas aportaciones de la época de los césares, tan curiosas y similares a las actuales, que le sorprenderán. Vea si no.
Mucho más interesante que el cognomen ciceroniano es
saber que, como nosotros, los romanos también utilizaban las piscifactorías,
como lo lee; ellos disponían de piscinae para su uso como viveros, tanto
de peces de agua dulce como salada, y criaban muchas especies distintas para el
consumo humano.
Y tenían prohibida la circulación de carruajes de
tracción animal en los foros de las ciudades romanas, para lo que habían
inventado, se conservan algunos en Pompeya, los bolardos, unos obstáculos
a la circulación de vehículos que, por lo que puede ver, no son tan novedosos como
algún que otro actual urbanismo municipal pretende.
En la misma línea urbanita también utilizaban para la ordenación del movimiento de personas y vehículos lo que hoy conocemos como pasos de cebra o isletas de peatones, ¿qué me dice?
¿Qué más
han hecho los romanos por nosotros?: Envases no retornables y desforestación
Ah, y tenían bien clara la idea de envase no
retornable, que para los romanos eran las ánforas utilizadas para
contener y transportar casi cualquier material, además de servirles como
unidades para medir capacidades (ánfora), masas (talento) y como unidad
monetaria (talento).
Unos recipientes que eran desechables -les resultaba
más barato utilizar los que por millares llegaban regularmente a Roma- y para cuyos
restos se creó un vertedero que hoy conforma el monte Testaccio, una montaña
artificial de cincuenta metros (50 m) de altura en la zona del puerto de la
antigua Roma. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas
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