(Continuación) Y estotros, se lo endilgan a los demás, que todavía está peor. Bueno, hay un grupo más, los esotros, un subgrupo dentro del anterior si lo prefiere, constituidos por aquellos que no solo no reconocen los propios, sino que disfrutan con los ajenos, “Ver la paja en ojo ajeno y no la viga en el nuestro”, nos dice el proverbio de origen bíblico al respecto.
‘Diccionario
de uso del español’ (DUE)
Más o menos en esta misma línea analítica le cuento un
sucedido que relaciona la obra de este subtítulo -o como es más conocido, ‘el
diccionario de María Moliner’,’el Moliner’, vamos- con dos de las
grandes figuras conocidas y reconocidas del mundo de las humanidades.
Una es su autora, la bibliotecaria, archivera, filóloga y lexicógrafa panicense María Moliner (1900-1981), quien tardó quince años en escribir el que está considerado como el repertorio lexicográfico más importante con que cuenta el idioma español. O sea.
Publicado en dos grandes volúmenes (1966-1967) y con tres mil páginas en total, el vallisolitano
Miguel Delibes (1920-2010) afirmó de él: “el Diccionario de María
Moliner es una obra que justifica toda una vida”. Pues a la vista está que sí.
La otra figura es el escritor y Premio Nobel de
Literatura en 1982, el cataquero Gabriel García Márquez (1927-2014),
quien en un artículo del diario El País (9 de febrero de 1981) dedicado
a la lexicógrafa aragonesa la elogiaba como autora del diccionario “más
completo, más útil, más acucioso y más divertido de la lengua castellana”.
O sea que hasta ahora bien.
Inciso marital
y científico
En 1925 María se casó con el tarraconense Fernando Ramón Ferrando (1891-1974), a la sazón catedrático de Física Teórica y Experimental de la Universidad de Murcia, después lo sería de Valencia y Salamanca, que formó parte de ese grupo puntero de científicos y profesores que difundieron en conferencias, publicaciones, docencia y libros de textos las nuevas teorías físicas del siglo XX.
Me refiero, claro, a la mecánica
cuántica y la relatividad (especial y general), que de alguna manera
tomaron protagonismo con la llegada a España en 1923 del genial relativo
germano Albert Einstein (1879-1955), quien tuvo como introductores y
anfitriones académicos nada menos que al físico arrecifeño Blas Cabrera
(1878-1945) y al ingeniero barcelonés Esteban Terradas (1883-1950). (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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