(Continuación) Por ejemplo, en España el primer cambio invernal se llevó a cabo el último domingo de septiembre de 1974, y no fue hasta 1996 cuando se empezó a realizar en octubre, de modo que estamos de vigésimo sexto (26.º) aniversario.
¿Por qué se cambia la hora?:
Benjamin Franklin
Como ya
se ha adelantado, las razones son de naturaleza económica y energética pues, en
un principio, lo que se pretendía con semejante medida era optimizar la
eficiencia lumínica y aprovechar más las horas de sol. Y en dicho intento, a lo
largo del tiempo, intervinieron no pocos hombres (masculino genérico), de los
que le traigo una terna.
Por la
documentación existente todo apunta a que la idea ahorradora fue propuesta por
primera vez por el polímata Benjamin Franklin (1706-1790), considerado uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos.
Lo hizo en una carta anónima que mandó el lunes 26 de abril de 1784 al periódico Journal de París, con propuestas para el ahorro de energía por parte de los parisinos de todo tipo. Una carta de contenido algo rocambolesco, en el que el político y científico estadounidense ponía negro sobre blanco desde proposiciones legislativas, aunque en un tono satírico, hasta sesudos cálculos económicos.
“Un proyecto económico para disminuir el costo de la luz”
Ese era
el título de la carta con proposiciones legislativas e irónicas porque, en
favor de la eficiencia lumínica, planteaba entre otras: a) introducir un
impuesto a las personas cuyas contraventanas impidieran la entrada de luz en su
casa; b) racionar el consumo de cera y velas; c) prohibir el tráfico nocturno.
d) Hacer repicar las campanas de la iglesia al amanecer, para que todos los vecinos se levantaran a la misma hora; e) o despertar a los perezosos a cañonazos. En fin, dicho así, medio en serio medio en broma, estará conmigo que algo chusco sí que queda.
Por
otro lado -con la idea de que los parisinos debían madrugar más durante el
estío y acostarse antes, para así gastar menos velas y aceite de las lámparas- Franklin
llegó a calcular que la ciudad de París podría ahorrar cada año, el equivalente
a unos ciento setenta millones de euros (170 000 000 €) de ahora. O sea, que
para pensárselo.
No
obstante, y en honor a la verdad, en dicho manuscrito el inventor sólo sugería
la posibilidad de que los parisinos ahorraran, levantándose más temprano en
primavera y verano. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
Un punto de vista diferente.
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