Como arbusto, comúnmente llamado zarzaparrilla o zarza morisca entre otros nombres, apareció en dos momentos de la última charla, ‘De humanidades por Sierpes’, que tuve el honor de pronunciar hace unos días en el Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla, dentro del marco de actividades de este curso académico 2021/22 de la asociación ASCUAS.
El primero, como planta, ligado al médico y botánico sevillano Nicolás Monardes Alfaro (1493-1588) y el jardín botánico donde este humanista del Renacimiento, para algunos ‘Padre de la farmacología’, sembraba todo tipo de plantas tanto autóctonas como recién llegadas de las Indias.
Y el segundo, como bebida refrescante, la zarzaparrilla
obtenida de las raíces de la planta desde mucho tiempo atrás y que se hizo muy
popular en Europa y Estados Unidos hasta la aparición de otros “refrescos coleros”,
ya me entiende. Pues bien, de esta segunda acepción del término le quiero
hablar, aunque mucho me temo que hay un par de vínculos musicales que no puedo
obviar.
‘Suspiros de España’,
sin letra
Si tiene usted lector ya una edad, seguro que es poco o nada lo que tengo que decirle del que sin duda es el pasodoble más popular y emotivo de todos los que en el mundo han sido, son y, quizás, serán.
Creado en Cartagena por el maestro Antonio
Álvarez Alonso durante la primavera de 1902, es cierto que existe más de
una leyenda urbana acerca de su origen, un detalle éste que, al fin y al
cabo, poco hace al asunto que nos trae, lo importante es que está.
A ciencia cierta todo apunta a que originariamente fue
una marcha de paseo de la Real Infantería (paso-doble) que, a fines del siglo
XIX y comienzos del XX se popularizó como pieza de concierto y baile. Y como
tal fue estrenada sin letra por la Banda de Música del 3.º Regimiento de
Marina, el día del Corpus de 1902, en nada cumplirá su centésimo vigésimo (120.º)
aniversario.
Fue el mismo año en el que compartieron el Premio Nobel de Física los neerlandeses Hendrik Lorentz y Pieter Zeeman, por su teoría electrónica de la luz y el descubrimiento del efecto Zeeman respectivamente. Era el segundo que se concedía, el primero se lo llevó en solitario el alemán Wilhelm Röntgen por el descubrimiento de los rayos que llevan su nombre, también conocidos como rayos X.
‘Suspiros de España’,
con letra
Pero no es hasta 1938 cuando José Antonio Álvarez
Cantos, sobrino del compositor, le pone letra para ser cantada por
Estrellita Castro en la película Suspiros de España, dirigida por
Benito Perojo, es la versión que arranca con: ‘Quiso Dios, con su poder, /
fundir cuatro rayitos de sol / y hacer con ellos una mujer’. Maravillosa. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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