(Continuación) La del ‘brindis sobrecogedor’, o sea y para entendernos, la de coger el sobre.
¿Y qué
era ‘el sobre’?
Se trataba de la cantidad de dinero que, supuestamente,
el matador daba a los cronistas de ciertos medios para que destacasen lo bien
que había estado en la plaza, independientemente de que hubiera sido así o no.
Una especie de mordida de distinto valor económico según la categoría del matador, la importancia de la corrida y los escrúpulos del periodista, con la que el primero templaba los juicios críticos del segundo, y así ambos salían ganando.
Una práctica corrupta y habitual en los años 60, que tomó
su nombre del hecho de que dicha cuantía era entregada dentro de un sobre, un eufemismo
“sobrecogedor” que arrancaba los mediodías de corrida cuando uno, con la
cantidad de dinero concertado como precio adelantado, llegaba a manos del
económicamente necesitado ‘plumilla’.
Un tal Lozano Sevilla
Pero no era éste el caso de nuestro renombrado brindado, nada menos que Manuel Lozano Sevilla, taquígrafo personal del mismísimo dictador Francisco Franco, cronista y director de varias revistas taurinas de la época e informador taurino en Radio Televisión Española.
Es decir que cobraba un buen sueldo del ente público,
percibía de numerosas colaboraciones con otros medios de comunicación y, sin
embargo, se ve que no era suficiente ya que recaudaba también al estilo
sobrecogedor.
Y de manera sobrecogedora pues al parecer era un dineral
el que exigía, y no paraba de aumentar temporada tras temporada, de ahí que un
día Jaime Ostos, decidiera acabar con la práctica del sobre y con Lozano
Sevilla.
Un influyente hombre del régimen que
campaba a sus anchas por el mundo del periodismo taurino, con todo lo que ello
significaba a nivel de componendas que de todo tipo usted se pueda
imaginar. Pues bien, a ese hombre de la plumilla lo puso verde en su brindis
desde las tablas el hombre del estoque al acusarle directamente, sin tapujos y
ante toda España de una de estas componendas, un mal por aquellos tiempos de
parte del periodismo y la tauromaquia: ‘el sobre’.
“El brindis sobrecogedor”
No le he dicho que la corrida fue televisada de modo que, a pesar de las limitaciones técnicas de aquellas retransmisiones (el locutor comentaba la corrida en solitario y solo contaba con un micrófono en el callejón para reproducir los brindis de los espadas, que él sin embargo no podía oír), en todos los hogares españoles se oyó buena parte del mismo. Vamos, lo que se dice ‘por el pitón derecho, maestro’ (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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