domingo, 10 de abril de 2022

Desmontando el bostezo: ¿Qué es?

Tengo leído que lo primero que hace un bebé al nacer es llorar, lo segundo bostezar, más o menos a los cinco minutos de nacer y, a partir de ese momento, este será un acto que ya no le abandonará a lo largo de toda su vida. Nunca, jamás.

Bostezamos cuando tenemos sueño, si nos aburrimos, al despertarnos, cuando vemos que alguien lo hace o incluso sin verlo (basta con oírlo), al estar cansados, como muestra de desagrado y, a veces, hasta sin motivo aparente. Es lo que hay. Bien, eso es así y lo sabemos, pero:

¿Qué es el bostezo?, ¿cuándo empezamos a bostezar?, ¿lo hacemos sólo los humanos?, ¿por qué ocurre? ¿para qué sirve?, ¿por qué resulta tan contagioso? Bueno, bueno, solo media docena de renglones y ya tenemos faena para estos días semansanteros. Es lo que tiene la ciencia, donde cada respuesta dada genera nuevas preguntas, qué diferencia con la creencia.

Preguntas en busca de respuesta

Preguntas a las que me apresuro a meter mano empezando por donde se debe, por el principio, claro. Aunque antes le diré que la idea de esta entrada surgió mientras un grupo de habituales conocidos, veíamos un partido de futbol de lo más aburrido.

Y justo cuando el locutor comunicaba que estábamos en el ecuador del segundo tiempo -¿pero qué expresión es esa? ¿cómo se puede estar en un ecuador temporal?-, a uno de los presentes se le escapó un más que comprensible y casi contenido ¡¡Uaaaah!!

Ni que decirle tengo que el bostezo encontró cumplida réplica en la sala y a poco tardar, ya sabe cómo funciona el asunto bostezuno. Bien, yendo a lo mollar y desde el punto de vista de la ciencia, ¿qué es bostezar?

¿Qué es el bostezo?

Sin mucho academicismo y a modo de descripción, vaya por delante que bostezar es abrir involuntariamente la boca, con amplia separación de maxilares, realizando una inhalación profunda y prolongada de aire, seguida de una exhalación algo menor que lo inhalado, y con cierre final de la apertura bucal.

Un movimiento que cuando se desencadena suele venir acompañado de otras acciones como: estiramiento de los músculos faciales; extensión de la columna cervical; cierre o entorno de los ojos con, a veces, lagrimeo; cierta salivación; apertura de las trompas de Eustaquio del oído medio; e imprecisas acciones cardiovasculares, neuromusculares y respiratorias.

No es una definición, ya le advertí, pero creo que es suficiente para poner en contexto este familiar acto que, sin duda y a pesar de ello, resulta ser uno de esos mecanismos fisiológicos que más curiosidad nos causa a todos. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 

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