Margarita Salas: … Y mujer

(Continuación) Pero la eminente y preclara bioquímica Salas (La mujer ocupará en el mundo científico el puesto que le corresponda de acuerdo con su capacidad, y no necesitaremos cuotas ni nada de eso), también era Margarita. Una mujer sencilla, humilde, apasionada, próxima en el trato y muy, muy, trabajadora.

... y también Margarita

Aunque seguidora del Sporting Club de Futbol, su verdadera pasión era el tenis del que en tiempo fue buena jugadora y después una forofa espectadora. De hecho no se perdía un partido, de los tenistas españoles sobre todo, una pasión heredada de su madre, aunque también le gustaba mucho el ping-pong.

De su padre heredó el gusto por la música clásica. Afirmaba seguir emocionándose con la suite de violoncello de Bach y recordar el efecto que le produjo la lectura de El segundo sexo (1949), de la francesa Simone de Beauvoir (1908-1986).

Y aunque decía ignorar de dónde le venía, el caso es que también le gustaba mucho bailar, pero no suelto, no en plan moderno como ahora, sino agarrado, a lo antiguo, como antes. Le chiflaba bailar agarrado más que nada el vals y el pasodoble, eso sí, siempre que tuviera una buena pareja de baile.

Fue buena amante de la pintura y la escultura moderna, tenía un grabado de Chillida que compró a finales de los 60, cuando regresaron de su trienio en Nueva York junto a Severo Ochoa.

Por otro lado, la virtud que más admiraba y necesitaba era la honestidad y su paisaje favorito, después de la campiña asturiana, era el laboratorio donde decía que se olvidaba del mundo (“Por encima de todo, mi vida es la investigación”).

Ya con casi setenta años reconoció estar cogiéndole el gustillo a la cocina, por la que nunca se había sentido atraída. En cambio, ahora, afirmaba que se le da bien cocinar, sobre todo la merluza rellena de jamón, aceitunas, gambas, huevo duro.

Según ella le salía para chuparse los dedos, y estoy pensando que, si se le daba tan bien como la investigación, ha sido una pena no haberla podido probar. Y hasta aquí, Margarita Salas, una Hacedora de la Ciencia.

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