Con grandes prismáticos o un pequeño telescopio dotados eso sí de un filtro lunar adecuado, precaución ante todo, es posible observar el relieve de la Luna y además hacerlo con suma precisión y detalle. Para tener una buena visión de ella conviene ir observándola noche tras noche, mientras va creciendo su iluminación, pues así se ven aparecer nuevos accidentes orográficos.
En las noches más oscuras, las de novilunio,
se puede intentar ver nebulosas de emisión, como la Laguna, Omega o la
Trífida, y nebulosas planetarias como la del Anillo en la constelación
de Lira o las Pesas en la Raposa. Con prismáticos también se pueden ver las
lunas más brillantes de Júpiter (cuando es visible) y se puede hacer un
recorrido por la franja estrellada que constituye la Vía Láctea.
Distancia al Sol
Este año ocurrirá el 5 de julio, siendo la
distancia de algo más de ciento cincuenta y dos millones de km (>152 000 000
km), unos cinco millones (5 000 000 km) más que el pasado 5 de enero, cuando la
distancia al Sol alcanzó su mínimo anual o momento del perihelio.
Es el mayor alejamiento al Sol, la causa de que
la Tierra se mueva más lentamente a lo largo de su órbita elíptica durante el
verano (Segunda Ley de Kepler) y por lo tanto la duración de esta
estación sea mayor que otras.
Actividad solar
De la actividad solar, ya sabe, ese fenómeno de
nuestro astro caracterizado por la presencia en su superficie de manchas,
fulguraciones y protuberancias, y que en la Tierra produce alteraciones en la
propagación de las ondas de radio y una mayor presencia de auroras polares,
pues de eso, ya le digo que casi lo de siempre. O sea, más de lo mismo.
Según las estimaciones realizadas por NOAA
y Space Weather Prediction Center, durante este verano el número de
manchas solares seguirá decreciendo, alcanzando valores comprendidos entre 27 y
53.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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