(Continuación) Como casi todos los inventos y descubrimientos que en el mundo han sido, son y serán, el del desarrollo para la edición genética ha sido posible gracias al trabajo previo de muchos otros investigadores a lo largo de la historia. (Invento y descubrimiento, ¿son lo mismo?).
¿Un Nobel de química, también español?
Y entre ellos un
español, el microbiólogo ilicitano Francisco Mojica (1963) quien, en la
última década del siglo pasado, le hablo de 1992, descubrió unas secuencias que
llamó CRISPR, acrónimo de Clustered Regularly Interspaced Short
Palindromic Repeats, (algo así como “Repeticiones palindrómicas cortas
agrupadas regularmente e interespaciadas”) en el ADN de unos microorganismos
de las salinas de la alicantina localidad de Santa Pola.
Aparte de la aportación nominativa del acrónimo para el método de editar el genoma, es más que evidente que la investigación de Mojica fue fundamental para el posterior desarrollo de la revolucionaria y laureada técnica, que permite en la actualidad cortar y recombinar el ADN prácticamente a la carta.
Un mérito por el que sin
embargo no fue reconocido con el galardón sueco, a pesar de lo mucho que esa aplicación
biotecnológica del sistema de edición genética CRISPR debe al bioquímico
español, y a pesar (a más a más, que dijo aquél) de que quedó una plaza vacante
pues, como es sabido, hasta tres científicos pueden compartir un premio nobel.
Sin embargo, la
academia sueca decidió reconocer exclusivamente a las dos investigadoras por su
desarrollo de algunas de las aplicaciones más interesantes de esta técnica.
Donde hay patrón, no manda marinero. Cosas que pasan.
Seguimos sin Nobel español
Es el segundo detalle nobelero del que le quería hablar, en relación con el laureado de química del pasado año bisiesto y autobiográfico. Un ejemplo más de que la ciencia es fruto del trabajo realizado por muchas personas a lo largo del tiempo, y de que seguimos un año más sin otro nobel español que añadir a la breve lista de ocho (8).
De los que seis (6)
son de Literatura y dos (2) de Fisiología y Medicina, ya sabe: el
de 1906 otorgado a Santiago Ramón y Cajal «en reconocimiento de su
trabajo sobre la estructura del sistema nervioso», y el de 1959 a Severo Ochoa,
«por su descubrimiento de los mecanismos de la síntesis biológica de los ácidos
ribonucleico y desoxirribonucleico», ambos compartidos. Lo dicho, por ahora, seguimos
sin Nobel español.
Más hitos científicos de 2020
Tras los hitos Vacunas anti
COVID-19 y Tecnología CRISPR de esta
especie de ‘top five’ científico de 2020, le traigo para ocupar el tercer lugar
uno que nos llega directamente del espacio, la detección de la fusión
de dos agujeros negros, merced a la generación de ondas gravitacionales
detectadas por dos observatorios terrestres, LIGO y Virgo.
(Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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