(Continuación) O las tesis doctorales que dirigió con fuerte carácter, siempre exigente y rigurosa en el trabajo del joven investigador, pero amable y comprensiva con la persona que se estaba formando a su lado. Todo ello lo puede encontrar a poco que busque en las fuentes adecuadas.
Escaso conocimiento y reconocimiento
Ahora, cuando se ha cumplido el centenario de su
nacimiento, y de quien por cierto no le he dicho que fue una mujer con gran
imaginación, madre de tres hijos, y que cuando se jubiló lo hizo encantada de
la vida para dedicarse a su casa, pintar al óleo, lo que se le daba de maravilla,
y escribir un libro de cocina con las recetas de su madre.
Una jubilación sin ninguna añoranza como muestran
sus propias palabras, “A mí me apasionan la literatura y el arte, no sé cómo
me he pasado la vida entera sumergida en la química, tan feliz”, pero lo
hizo y muy bien. Ahora, le decía, prefiero centrarme en el nulo conocimiento
que de esta pionera química tiene la sociedad española, así como en el escaso
reconocimiento que la comunidad científica le ha otorgado.
Empezando por su propio pueblo, Isaba (Navarra), que la vio nacer y donde es una total desconocida, quizás porque con tan solo cuatro años de edad su familia lo tuvo que abandonar para marchar primero a San Sebastián y después a Madrid.
Y continuando con la
capital, Pamplona, cuyo ayuntamiento en mayo de 2013, dos años después de su
muerte, aprobó la propuesta de poner el nombre de ‘Josefa Molera Mayo’ a una
calle de la ciudad. Una especie de reconocimiento oficial que hiciera visible
su trayectoria profesional y académica, poniendo en valor su talento científico.
‘El hombre propone…’
Pero ya ve, hasta el
momento de escribir estas líneas y que me conste, nada de nada. Quizás sea por
la pandemia de la COVID-19 y los malditos tiempos que corren a lomo
del coronavirus SARS-CoV-2. O porque hablamos de una personalidad de las
ciencias y no de las artes. O porque era una mujer y no un
hombre. O por todo a la vez, vaya usted a saber. El caso es que, como dice el
dicho, ‘el hombre propone y Dios descompone’.
Y en esas estamos, ante un nuevo caso rayano en el olvido, de una científica sin visibilidad alguna. De una mujer imaginativa y observadora, una química cuidadosa y precisa, y una investigadora novedosa y pionera, que además fue alumna de dos premios Nobel de Química. Sin duda una porvenirista, una avanzada de su tiempo, que supo ver lo que estaba por venir, el futuro. Ya dijo alguien que las cosas son como son, porque fueron como fueron. Seguro que es así.
Josefa Molera, una HACEDORA DE LA CIENCIA
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
Es muy importante que haya entradas como esta donde se habla de mujeres científicas o como usted dice Hacedoras de la ciencia. Gracias.
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