(Continuación) Quizás por ello, en los años 80, el mismo Departamento de Defensa de los Estados Unidos (USDOD por sus siglas en inglés) propuso al Congreso una valoración de su precisión por parte de la Oficina de Evaluación de Tecnología (Office of Technology Assessment, OTA).
El informe emitido, si bien no llega a ninguna conclusión simple, sí señala que su eficacia (como la de cualquier otra técnica para detectar mentiras) depende de diferentes factores: naturaleza de la mentira, personalidad del mentiroso, formación y subjetividad del evaluador, tipo de cuestiones planteadas, evaluación e interpretación de las gráficas, etcétera. O sea, que no.
Ironía escéptica
El físico y profesor de
la Universidad de Maryland, Robert Lee Park (1931-2020) -más conocido
por su escepticismo ante la medicina alternativa y la pseudociencia,
así como por sus comentarios críticos acerca de cómo la ciencia es
distorsionada o ignorada por los medios de comunicación en general, algunos
científicos en particular y ciertos defensores de las políticas públicas ('Ciencia o vudú' [Libro Recomendado-31)-
también le echó algo de ironía a lo que pensaba en este tema.
En cierta ocasión dijo: “El polígrafo descubre incrementos abruptos en el ritmo cardiaco, la presión sanguínea y la sudoración. Por lo tanto, esta máquina es un detector muy fiable de orgasmos. Pero, ¿detecta mentiras?, pues sólo si uno está fingiendo un orgasmo”, es lo que espetó acerca de la máquina de la mentira, con lo que hay poco más que añadir en esa dirección. O sea, que sí.
Le comentaba unas líneas más
arriba que varios de los supuestos teóricos en los que se basa la poligrafía no
han podido verificarse de forma experimental o, aún peor, han sido incluso
refutados. Bien, pero, ¿cuáles son esos supuestos que muchas personas
presuponen que sustentan el funcionamiento del polígrafo como máquina de la
mentira? Pues hasta donde tengo leídos son dos: el supuesto de reactividad y el
supuesto de verdad.
Supuesto de reactividad
En principio la
aceptación de este supuesto no parece implicar el menor de los riesgos
científicos, de hecho, resulta más bien lógica, bastante lógica. Pocos no admitirán
que, ante un interrogatorio, cualquier persona se encuentra en una situación comprometida
y siente inquietud, nerviosismo o miedo.
Es decir, muestra síntomas clásicos asociados a la respuesta de ansiedad (respuesta de huida, defensa o pelea), lo que implica la activación del sistema nervioso simpático, una rama del sistema nervioso autónomo encargada de la activación psicofisiológica en situaciones de alerta o peligro.
Y por otro lado está fuera de toda duda que el polígrafo está capacitado para medir este tipo de respuestas fisiológicas, generalmente asociadas a la ansiedad, de modo que hasta aquí no problems. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas
¿No lo va a continuar?
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