Se trata de la primera lluvia de estrellas fugaces del año -recuerde que solo es visible o se podrá observar mejor desde el hemisferio norte-, y tiene una actividad media-alta superada en ocasiones por las decembrinas Gemínidas y las agosteñas Perseidas, popularmente conocidas como ‘Lágrimas de San Lorenzo’.
Algunos parámetros físicos: THZ, máximo, altura,
velocidad y observación
En el caso que nos
trae, las Cuadrántidas, se observan del 1 al 6 de enero y su tasa horaria zenital (THZ) -número
máximo de meteoros por hora observables en condiciones ideales (cielo
perfectamente claro con el radiante de la lluvia justo sobre su cabeza, cenit)-
del orden de 120 meteoros/h.
Suficientemente
brillantes como para ser vistos durante el crepúsculo, estos meteoros
tienen su pico de mayor actividad (máximo) alrededor del día 3 de enero
y presentan unas características de lo más interesantes.
Dado que se queman en la atmósfera entre los 100 y 80 km de altura y que son relativamente lentos, sus velocidades suelen ser de unos 41 km/s, esta lluvia resulta muy vistosa al dejar en ocasiones estelas que duran varios segundos, incluso minutos. Piensen que otras lluvias lanzan sus meteoros a 72 km/s y solo podemos ver destellos que duran una fracción de segundo.
Para su observación
basta con que se sitúe en un lugar oscuro, con el horizonte libre de obstáculos
y mire, preferentemente, hacia el noreste, NE. Eso sí, esté muy pendiente pues
al ser su pico de actividad muy breve, solo se pueden observar durante unas
pocas horas.
No obstante, está
considerada por muchos como la mejor “lluvia de estrellas” del año, de modo que
avisado queda. Ah, las primeras observaciones de las Cuadrántidas que tenemos documentadas son en Europa durante
las décadas de 1820 y 1830, así que dos siglos nos separan desde entonces.
¿Por qué se llaman Cuadrántidas? Constelación Quadrans Muralis
Por lo general las lluvias de meteoros llevan el nombre de la constelación de donde parecen proceder: las Perseidas de Perseo, las Gemínidas de la constelación de Géminis, las Leónidas de Leo, sin embargo, hay un problema, resulta que no existe la constelación del Cuadrante. Bueno tampoco es eso, así que será mejor que me explique.
Resulta que en su
momento esta lluvia obtuvo su nombre de la
constelación Quadrans Muralis, el “cuadrante mural”, creada en 1795 por
el astrónomo francés Joseph Lalande (1732-1807) a partir de algunas
estrellas al norte de Bootes. Representa un cuadrante -antiguo
instrumento astronómico que servía, junto con el octante y el sextante,
para observar la posición de las estrellas- y su estrella principal era la
variable CL Draconis, una estrella débil de magnitud 4,95. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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