(
Continuación) Un espacio público del centro histórico de
la ciudad de Sevilla, me refiero a la plaza, que ya en la época imperial romana albergaba al foro que comprendía
templos, termas, edificaciones públicas y mercados. Una zona que con el tiempo
recibió diferentes nombres y usos hasta que, hacia 1361, al ocupar el gremio de
esparteros una parte de la plaza, se la empezó a llamar la ‘Espartería de la
Alfalfa’, dado que en ella o en sus
inmediaciones se vendía alfalfa.
De este hecho y por aquello del todo por la parte, sinécdoque, ésta pasó
a ser la denominación popular de toda la plaza, y si bien su nombre oficial volvió
a cambiar varias veces más, siempre fue conocida así por los sevillanos, motivo
por el que el Ayuntamiento en 1980 le dio de manera institucional la actual
nomenclatura de plaza de la Alfalfa.
La alfalfa
Por otro lado, como seguro no ignora, la
alfalfa
(
Medicago sativa) es una planta herbácea de la familia de las
fabáceas
usada masivamente para la alimentación que, junto con el pasto, la paja y el
heno entre otras hierbas, se utiliza de alimento de diferentes animales
herbívoros, entre ellos nuestro burro. Como ve todo muy animal y se lo advertí,
esta historia tiene sus vueltas y revueltas: alfalfa, burro evolucionado,
hombre sabio.
Por cierto, hablando de acémilas y
alimentación, me he acordado de la historia del Asno de Buridan enrocada
hace ya una década, que bien puede hacer tambalear la evolución darwiniana
antes traída por los pelos. Recordarle que Jean Buridan (1300-1358) fue
un reconocido filósofo escolástico francés, defensor del libre albedrío
y discípulo de Guillermo de Occque.
Acabando que es gerundio
Bueno pues ya ve que lo largo de esta media
docena larga de entradas no hemos dado puntada sin hilo. Las curiosidades
aleatorias entre personajes y callejero también existen, en esta ocasión nada
menos que entre las calles de un político, un escritor, un rey sabio que antes
fue un burro y ambos, monarca y acémila, cerca de la alfalfa, entendida ésta como
planta alimenticia y como importante ubicación hispalense. En fin, que no la
podía dejar pasar.
Y por si fuera poco le he añadido la, exagerada
y metida con una cuña, es cierto, teoría de la evolución biológica mediante
el mecanismo de la selección natural, emitida por el naturalista inglés Charles
Darwin (1809-1882) y publicada en su ‘El origen de las especies’ de 1859.
En fin, lo dicho. Me despido con el anuncio de un pasatiempo matemático para la
semana que viene, relacionado con la alfalfa y un burro, claro.
Sí, estoy con usted, a veces el refranero
acierta, “Éramos pocos y parió la abuela”. Pues eso. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas
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