lunes, 31 de agosto de 2020

‘La culpa fue del cha-cha-chá’. Arte y Ciencia (y 2)

(Continuación) Un film clave del expresionismo temprano alemán, ‘El Gabinete del Dr. Caligari (1920)’, al que si le echa números verá que estamos de celebración centenaria y de cuyo argumento no le digo ni mus ni mu (“No dijo ni mu” o“No dijo ni mus” ¿Cómo se dice?), por no hacerles lo que algunos llaman un spoiler y que viene a ser el clásico “destripar la historia”, que es lo que se ha dicho toda la vida de Dios.
Volviendo al origen del nombre del grupo, en un principio optaron por Doctor Caligari que no sonaba mal, pero dado que ya había varios ‘grupos doctores’ en el mundillo musical de la movida, se decantaron por la otra combinación de palabras que ya conoce, dejando a un lado la titulación médica universitaria.
Ciencia y pseudociencia
Gabinete Caligari, un nombre con ciertas connotaciones científicas empezando por “Gabinete”, que según el diccionario de la RAE, entre otras acepciones cuenta con las de: ‘Local en que se exhibe una colección de objetos curiosos o destinados al estudio de una ciencia o arte’ y ‘Habitación provista de los aparatos necesarios, donde el dentista u otro facultativo examina y trata a sus pacientes’. O sea.
Y rematando con lo del tal “Caligari”, en el film de Weine, un pretendido científico hipnotista y algo orate del siglo XX que en su espectáculo de nombre ‘El Gabinete del Dr. Caligari’ exhibe en las ferias a un sonámbulo al que, supuestamente, “controla” a través de unos canales misteriosos, haciéndole predecir no solo el futuro de los espectadores presentes sino cometer algunos asesinatos.
Un nombre falso, al parecer tomado del “real” de un hipotético místico Caligari que vivió en el siglo XVIII y que había utilizado a un sonámbulo de nombre Cesare, para cometer asesinatos en pueblos del norte de Italia. Es el hombre con quien nuestro feriante se obsesiona un par de siglos después, hasta el punto que se quiere convertir en él y hace cometer a otro los mismos crímenes.
Y hasta aquí le cuento, la historia es mucho más compleja, pero como pueden ver, lo apenas apuntado ya promete pues hay de todo como en botica: hipnosis, algunas de las suspectas percepciones extrasensoriales, sonambulismo, asesinatos, etcétera. Vamos de lo mejorcito de cada casa desde el campo de la ciencia y la pseudociencia.
Letra, Urrutia y el mundo taurino
La letra es de Jaime y desde el primer momento no gustó del todo a ninguno de sus dos compañeros ni en el fondo ni en la forma, una desavenencia nada trivial ya que con el tiempo terminó por convertirse en el principio del fin del grupo. En letra narra el cortejo con una mujer, empleando muchas referencias al lenguaje taurino y en un tono para algunos entre cómico y grotesco.
La canción arranca con unos versos inolvidables: “Saliste a la arena del night club / y yo te recibí con mi quite mejor. / Estabas sudadita / pues era una noche que hacía calor. / Te invité a una copita / y tú me endosaste el primer revolcón”. (Continuará)
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