(Continuación) Sabedores de que soy
químico, en puridad sólo soy licenciado en ciencias químicas, al poco de iniciar
la saga sobre el quilate (unidad de masa en gemología y unidad
de pureza en orfebrería) me empezaron a llegar comentarios y correos
electrónicos inquiriéndome sobre cómo podían saber, si una joya que tenían en
casa era de oro de verdad o no. Ya saben lo que nos dejó dicho el
pensador chino, ‘No es oro todo lo que reluce’.
Por lo general aludían a
esos objetos heredados de algún familiar y que guardamos en algún estuche de
algún cajón, queriendo saber si se trataban de joyas realizadas en el preciado
metal, en otro metal pero chapado en oro, o eran tan solo un artículo de
bisutería. Y eso sí, preferían, para averiguar su naturaleza y composición, un
método casero que pudieran emplear ellos mismos.
Sin embargo, dejando a un
lado y con todo mi respeto y cariño para ella (más adelante volveremos sobre
tan escatológica y rimada afirmación tatera), desde esta tribuna les establezco
dos categorías de pruebas. Las denomino métodos profesionales y métodos
caseros, científicos los primeros y casi científicos los segundos, y son
necesarios porque, como nos recuerda el refranero popular, ‘No es oro todo
lo que reluce, ni todo es como parece’. Pues eso.
Métodos profesionales y caseros
Entre los primeros, los
profesionales, los hay de naturaleza química de los que les cito dos, conocidos
como la piedra de toque y la copelación de oro, y de naturaleza
física, basados en distintas técnicas de investigación de laboratorio: laser,
densidad, espectroscopía, fluorescencia por rayos X,
etcétera. Y es que ‘Todo lo que reluce puede que no sea oro, pero al menos
contiene electrones libres’, que dijo el cristalógrafo inglés.
Y entre los segundos, los
caseros, les citaré algunos de naturaleza química utilizando materiales
próximos a nosotros como: limón, bicarbonato, cloro, vinagre,
nítrico. Y otros más bien físicos como la elemental búsqueda de: la marca
o sello del fabricante; señales de desgaste, erosión o corrosión; la dureza por
el método pirata del mordisco; determinación casera de la densidad; la pureza
por el sonido; el test magnético del imán; la prueba del fuego; la del plato de
cerámica, etcétera. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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