‘¿Desde cuándo existen los microrrelatos?’ ‘¿Cuál es el primero que conocemos?’ ‘¿Cuál el más conocido?’ Más o menos, así acababa mi última entrada
de la semana pasada, en la pirandelliana línea de ‘Seis personajes en busca
de autor’, ya sabe, la famosa obra del nobel escritor italiano, sólo que en
este caso reducida a la terna de cuestiones puestas negro sobre blanco.
En busca
de respuestas
Por lo que tengo averiguado, esta brevísima invención
verbal es tan antigua como la propia ficción, que es decir tanto como que es
tan vieja, o casi, que la propia especie humana. Lo que bien puede ser porque
ya aparecen, por escrito, en los imaginarios hindú, chino y egipcio, o sea que
hablamos de una creación de la Antigüedad oriental.
Y entre los primeros microrrelatos, quizás sea el
más antiguo del que tengamos conocimiento, se encuentra aquel que intitula la
entrega, con esta economía de texto: “Chuang Tzu soñó que era una mariposa.
Al despertar ignoraba si era Chuang Tzu que había soñado ser una mariposa, o si
era una mariposa que soñaba ser Chuang Tzu”.
Lo que no cuenta su autor, el filósofo chino Chuang
Tzu (369-290 a. C.), es lo que le ocurrió durante el sueño y por qué al
despertar tenía esa duda. Si era porque se trataba de un hombre que había
soñado ser un lepidóptero, o porque era un lepidóptero que soñaba ser un
hombre. Si una mariposa que, contenta de serlo, revoloteaba alegremente no
sabiendo que era Chuang, o él mismo quien, de repente despierta y descubre que
es una mariposa, asombrándose naturalmente de serlo.
Y ya no sabe si era Chuang que soñaba ser una mariposa, o
era una mariposa que estaba soñando ser Chuang. Una duda cognitiva que surge de
la incompletitud del relato, y a la que no estaría nada mal aplicarle uno de
los aforismos del maestro chino: ‘Las palabras deben detenerse siempre, ante
lo que el entendimiento ignora’. Haciendo caso omiso a la sabiduría del mismo,
le ofrezco una versión reducida de la historia completa, eso sí, dividida en
dos partes.
Una
historia completa (primera parte)
“Una fresca tarde de primavera Chuang Tzu llegó a la
orilla de un lago y se sentó a descansar, quedándose al poco rato dormido y soñando
que era una mariposa que mientras revoloteaba, veía que el mundo era hermoso y
estaba lleno de flores y aromas.
Al principio le costó adaptarse a las alas, le parecían
demasiado grandes y poco manejables, además, su cuerpo era tan liviano como un
sueño y una suave brisa bastaba para arrastrarla varios metros y desviarla de
su rumbo. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
¿Y qué me dice de la mariposa de Lorentz, con su conocido y peligroso aleteo?
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