jueves, 28 de mayo de 2020

‘Nueva normalidad’, en tiempo de confinamiento (1)

Dicen que toda crisis que se tenga por tal -independiente de su naturaleza social, política, económica o sanitaria, que eso no hace al caso-, no deja de construir su propio lenguaje en cuanto tiene la menor oportunidad y le dejan. Bueno, en realidad, es la sociedad quien lo hace o, bien dicho, son algunos de sus dirigentes los inventores y quienes, con posterioridad, nos permiten al pueblo llano utilizarlo como si fuera nuestro.
‘Nueva normalidad’
Y naturalmente la actual crisis sanitaria, asociada a la enfermedad de la COVID-19 causada por el coronavirus SARS-CoV-2, no podía ser menos. Así, a vuela tecla, se me vienen a la mente términos y expresiones como: coronavirus, brote epidémico, pandemia, desescalada, mascarillas FFP2 y quirúrgica, desconfinamiento, trasmisión comunitaria, seroprevalencia, corona glucoproteínica, cuarentena y, por supuesto, la que nos trae hoy aquí y con la que llevamos ya unos cuantos días desayunándonos, nueva normalidad.
Una expresión que, al margen de que nos guste más o menos -al fin y al cabo, para gusto están los colores, para colores las flores y para flores el mes de mayo que se nos va-, o que se ajuste mejor o peor a la situación que vivimos y nos queda por vivir, lo cierto es que para todos y desde un punto de vista general, el uso de esta expresión no tiene nada de nuevo.
Y lo que es peor, para algunos, ahora desde el punto de vista de la lengua, tampoco de bueno. Trato de decir con esto que las palabras importan a la hora de describir una realidad y, por lo general, su elección nunca (o casi) es casual ni inocua por parte de sus creadores. Precaución.
Una secuencia no tan nueva
En honor a la verdad hay que señalar que, si bien la expresión ya era utilizada en las últimas semanas y en diferentes medios, el empujón definitivo, el salto al olimpo lingüístico se lo dio hace unos días su inclusión en un documento oficial del Gobierno de España, del que resulta ser una especie de forma abreviada.
Me refiero al denominado Plan para la Transición hacia una Nueva Normalidad, que en su anexo II recoge lo que da en llamar La Previsión orientativa para el levantamiento de las limitaciones de ámbito nacional establecidas en el Estado de Alarma, en función de las fases de transición a una nueva normalidad. Casi nada era lo del ojo y lo llevaba en la mano, que dijo uno.
Aunque con un origen confuso, le decía más arriba que la secuencia ‘nueva normalidad’ no tenía nada de nuevo y es así. Por ejemplo y sin salir del suelo patrio, en la década de los setenta del siglo pasado ya se empleaba para aludir a la nueva normalidad democrática, que por aquel entonces empezaba a vivirse en España. Más de cuarenta años desde entonces, para este uso político de la cosa gramatical. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.



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