(Continuación) ¿Qué dice la ciencia del siglo pasado y de
este siglo XXI, acerca de este fenómeno?
‘Fuego
de San Telmo’ según la ciencia actual
Se trata de un fenómeno asociado a la electricidad
estática de la atmósfera, que podemos definir como un resplandor luminoso,
semejante a pequeñas chispas que saltan de los objetos metálicos y punzantes
durante una tormenta intensa, pero que no es un rayo, acaso una chispa
continua llamada descarga de efecto corona que, a diferencia de éste, no
se desplaza sino que se manifiesta en forma de halo luminoso.
El fuego de San Telmo o Santelmo es un meteoro ígneo,
una descarga de efecto corona electroluminiscente que se origina en los objetos
terminados en punta, donde la densidad de carga (λ) es muy alta, cuando
éstos se encuentran rodeados de un fluido ionizado, por ejemplo, el aire
sometido al intenso campo eléctrico (E) que originan las
tormentas.
Y que provoca una enorme diferencia de potencial
eléctrico (ddp) en la atmósfera, lo suficientemente alta como para superar
el valor de ruptura dieléctrica del aire, que está en torno a los tres
megavoltios por metro (3 MV/m).
Es decir que el aire no es un buen conductor de la
electricidad (dieléctrico), de ahí la necesidad de tan alta ddp para que
se produzca el fenómeno, si bien es cierto que también ocurre a valores
inferiores, entre mil y treinta mil voltios por metro (1000-30 000 000 V/m),
dado que entre otros factores depende de la forma del objeto donde se
genere.
Y así, por ejemplo, los objetos afilados necesitan menos voltaje
debido a que el campo eléctrico es más fuerte en zonas de gran curvatura, como
pueden ser la punta de los mástiles, las vergas, los pináculos o las chimeneas.
Un aire ionizado que en realidad ya no es una mezcla de gases sino un plasma
Lo de
San Telmo no es fuego, sino plasma
Es decir, no un conjunto de moléculas incandescentes de
materia combustible, capaces de emitir calor y luz visible como producto
de una reacción química de oxidación acelerada, vamos lo que conocemos
por fuego, sino el cuarto (4.º) estado de agregación de la
materia, el plasma.
Un estado fluido similar al gaseoso, en el que una determinada
proporción de sus partículas están ionizadas (cargadas eléctricamente) lo que posibilita
que un plasma: a) no esté en equilibrio electromagnético, b) sea buen conductor
eléctrico y c) sus partículas respondan a interacciones electromagnéticas de
largo alcance. Pero bueno, por decirlo breve y para nuestros intereses, el
plasma es un gas ionizado.
Un plasma electroluminiscente de baja densidad (d)
y, relativamente, también baja temperatura (tª) que debido al nitrógeno
(N2) y al oxígeno (O2) de la atmósfera
terrestre presenta ese brillo blanco-azulado por lo general (como los
sopletes), aunque también puede ser verdoso o incluso oscilar entre azulado y
violeta. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
Estas últimas entregas tiene más contenido científico y adecuado al blog.
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