Apolo 11. Breve aproximación científico-técnica (4)

(Continuación) Acabadas las dos primeras fechas, de naturaleza más bien política -y todo aquellos previos que fueron necesarios para poner al primer ser humano sobre la superficie de nuestro satélite y traerlo, junto a sus compañeros, de vuelta al planeta, unos hombres estadounidenses, claro- continuamos con la tercera del quinteto, ya de naturaleza científico-técnica.

3.- RUMBO A LA LUNA, 16 DE JULIO DE 1969

Una proeza que se empezó a materializar con el lanzamiento del gigantesco cohete Saturno V a las 13:32 hora internacional UTC (9,32 h hora local, 15:32 hora peninsular española), del 16 de julio de 1969, que entonces cayó en miércoles. Se llevó a cabo desde la plataforma del Complejo 39 del polígono de lanzamiento de cabo Cañaveral (Florida), resultando ser el cohete más potente de la historia y una de las máquinas más complejas desarrolladas por el hombre.

No en vano tenía una masa de unas tres mil toneladas (3000 t) de masa, de las que unas dos mil setecientos (2700 t) eran de combustible, y en su cima, a ciento diez coma seis metros (110,6 m) de altura y dentro de una capsula cónica iban los astronautas Neil Armstrong (1930-2012), Edwin Aldrin (1930) y Michael Collins (1930) que era quien lo controlaba en la fase de despegue.

Para vencer la intensidad de la gravedad terrestre (g = 9,81 N/kg) llegó a alcanzar los cuarenta mil kilómetros a la hora (40 000 km/h) a la vez que se iba desprendiendo en diferentes fases de sus propulsores y depósitos cargados de oxígeno líquido, O₂(l) e hidrógeno líquido, H₂(l). Ya en el espacio libre, corrigen el rumbo y se disponen a recorrer los más de trescientos ochenta y seis mil (386 000 km) que le quedaban hasta la Luna.

Al día siguiente, y estando ya a mitad de camino con una velocidad de cinco mil ochocientos kilómetros a la hora (5800 km/h), vuelven a corregir el rumbo e inician la maniobra del giro térmico. Consistente en hacer girar a lo largo de su eje longitudinal el conjunto formado por el módulo de mando Columbia, el módulo de servicio y el módulo lunar Eagle, a fin de que el Sol no lo calentara por un solo lado durante el viaje en cuyo exterior podía alcanzar una temperatura de doscientos grados Celsius (200 ºC)   

El 19 de julio, tras cuatro días de viaje, la separación de varios componentes y la ubicación del módulo lunar y el de servicio, tiene lugar una nueva corrección de la trayectoria y la finalización del giro térmico. Hasta ese momento todo marchaba con tanta normalidad que, en el Centro de Corresponsales recibían a los periodistas con el consabido ‘No news, good news’, es decir “No hay noticias, buenas noticias”. (Continuará)

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