lunes, 10 de junio de 2019

2019 según Isaac Asimov (y 2)

(Continuación) Y lejos de mostrarse conservador especuló con bastante imaginación sobre tres grandes áreas fundamentales: la amenaza nuclear, la computarización y el uso del espacio exterior ¿Qué imaginó sobre ellas? ¿Cómo estuvo de acertado? Veamos.
Amenaza nuclear. Y más en concreto la posibilidad de una guerra nuclear. Asimov no tenía la menor duda que la tensión existente entre Estados Unidos y la Unión Soviética, a mediados del siglo pasado, podía en cualquier momento provocar un enfrentamiento entre ellas, con consecuencias terribles para todos.
Sin embargo, apuesta porque ésta no tendrá lugar y decide que ni siquiera vale la pena imaginarse las consecuencias de una guerra nuclear. Como bien sabemos, por ahora, la tensión ha disminuido, se han firmado acuerdos de desnuclearización y todo parece, más o menos, en orden al menos en ese aspecto.
No obstante, la posibilidad sigue latente pues, aparte de Estados Unidos y la Unión Soviética, ya hay más países con potencial nuclear en juego tanto en Europa (Reino Unido y Francia), como en Asia (China, India, Paquistán, Israel y Corea del Norte).
Espacio exterior. Para el escritor, el hombre llegó al espacio para quedarse y aunque bien enfocadas en general, sus predicciones espaciales pecan quizás de ser demasiado optimistas. Bien enfocadas porque Asimov predijo la creación de la Estación Espacial Internacional (ISS), nada menos que catorce (14) años antes del lanzamiento de su primer módulo el 20 de noviembre de 1998. Y en la actualidad, no lo olvidemos, hay ya más de 3500 satélites artificiales en órbita, estimándose que esta cifra se triplicará en la próxima década. O sea que por ahí está bien.
Claro que, en tantas otras yerra el maestro. Por ejemplo, en sus predicciones sobre nuestro satélite donde avanza que, en 2019, ya habríamos establecido una estación minera para extraer materiales con los que construir artefactos espaciales
O construidas placas solares en su superficie, que obtendrían electricidad del Sol y la mandarían en forma de microondas a la Tierra. O creadas fábricas en el espacio que permitiesen construir objetos basándose en las propiedades del espacio (altas o bajas temperaturas, radiación extrema, vacío infinito o gravedad cero). Como bien saben, desde la última misión Apolo en 1972, el ser humano no ha vuelto a pisar la Luna, y por ahora solo China ha logrado alunizar en su cara oculta. O sea que por ahí no tan bien.
Computarización. Si bien entre sus augurios tecnológicos Asimov habla de un “objeto computarizado móvil, o robot” en realidad, con el término móvil, no se refiere a los actuales teléfonos inteligentes sino a las computadoras en cuyo uso la población tendría que formarse.
Una informatización de la sociedad que afectaría al manejo del hogar, el funcionamiento del propio sistema educativo, los hábitos de trabajo, el tiempo de ocio, el papel de los medios de comunicación, etcétera. Creo que será mejor dejar su desarrollo para otra ocasión.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
    

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