(Continuación) Como
tercero de los detalles que les quería comentar, llamo su atención sobre el
hecho de que, en ese mismo año de 1869, Mendeléiev
publica su obra más relevante, Principios
de química, en la que exponía su famosa tabla con los elementos ordenados según
su masa atómica.
Desde el punto de vista
editor, es una primera impresión realmente modesta pues apenas llegó a los 200
ejemplares, un número que contrasta con la enorme trascendencia química de su
contenido científico.
Por ponerles un
ejemplo, nueve años antes, el 24 de diciembre de 1859, salía a la luz la
primera edición de El origen de las
especies de Charles Darwin, con
una tirada de 1250 ejemplares que además se agotaron en ese mismo día. Juzguen
ustedes.
Y del día de marra
pasamos a diferentes conmemoraciones relacionadas con él y, naturalmente, con
la tabla periódica. Alrededor de este año y el nacimiento de la tabla buscando,
buscando, he encontrado hasta una manita (5) de conmemoraciones.
Sesquicentenario
y IYPT 2019
A la (1) celebración
del sesquicentenario de este icono de la ciencia y la
cultura en el que se ha convertido la tabla periódica, y para conmemorarla,
Naciones Unidas ha tenido a bien declarar este año del Señor de 2019 como (2) el
Año Internacional de la Tabla Periódica de Elementos Químicos.
Una resolución que tomó
el 20 de diciembre de 2017, durante su 74ª Reunión Plenaria, la 72ª Sesión de
la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamando 2019 como Año Internacional de la Tabla Periódica de Elementos Químicos (IYPT 2019, por sus siglas en inglés) y que se gestiona y promueve a través de la UNESCO.
El objetivo principal
de esta iniciativa no es otro que el de reconocer la función crucial que esta
herramienta físico-química desempeña, no sólo en el avance de la química sino en
el de otras ciencias relacionadas con ella. Lo que está bien.
Por cierto, la fecha
oficial tomada como referencia para el aniversario de este Año Internacional es
el 1 de marzo de 1869. Sí, cuando Mendeléiev tuvo listo el boceto
manuscrito de dicha ordenación, pero, según el actual calendario gregoriano.
Porque de hecho y en
puridad, tuvo lugar el 17 de febrero
de ese mismo año según el calendario
juliano, que era el que por esas fechas aún regía en Rusia. Ya saben cómo
son estos asuntos calendarios, pero por si no lo recuerdan ahora, les pongo
mínimamente al tanto abriendo un paréntesis calendario.
Paréntesis
calendario
Sucede que el papa Gregorio XIII, aconsejado por sus
astrónomos, publicó la bula Inter
gravissimas en la que, por decreto, al jueves 4 de octubre de 1582 le seguía
el viernes 15 de octubre, a la vez que el año nuevo se trasladaba del 24 de
marzo (calendario juliano) al 1 de enero (calendario gregoriano).
Lo que estaba bien por
necesario (había que compensar un desfase temporal de 11 días), lo malo es que
era solo la teoría. Y es sabido que otra cosa bien diferente es la práctica, y
que entre ambas (dicho y hecho) existe un trecho y a veces de mal camino,
máxime si además andan de por medio las creencias, o peor aún, las religiones. (Continuará)
Interesante y curioso pero, ¿podría incidir en aspectos más químicos?
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