(Continuación) Tycho Brahe (1546-1601), astrónomo del Real Observatorio de Dinamarca que, durante un período
de más de veinte (20) años, realizó una gran cantidad de medidas sobre las
posiciones de los planetas, sus
períodos de revolución y sus distancias al Sol.
Y lo hizo con una precisión casi increíble, considerando que fueron realizadas
a simple vista ya que aún no se había inventado el telescopio (1610).
El danés -un gran defensor del modelo
geocéntrico que nunca aceptó el heliocéntrico
de Copérnico- lo que hizo fue
perfeccionar el modelo geocéntrico
tolemáico, colocando a la Tierra
en el centro del Universo, al Sol dando vueltas alrededor de la Tierra, y a los
demás planetas girando alrededor del Sol. Una novedad significativa.
Pero si el astrónomo danés, en esta ocasión, viene a esta tribuna
divulgadora, no es por sus valiosas aportaciones astronómicas, sino por su propia
muerte, cuya versión oficial habla de que falleció por su buena educación. Tal
como lo lee y me explico. Al parecer y para no cometer una falta de etiqueta, Tycho no quiso levantarse de la mesa
durante un banquete al que había sido invitado en Praga, para atender a ciertas
necesidades fisiológicas.
Una educada contención que le produjo una serie de complicaciones que
hoy llamaríamos uremia según el
diagnóstico médico moderno, y que devino en su muerte. Eso es lo que decía la
oficialidad. Sin embargo, a finales del siglo pasado se abrió su tumba para
analizar sus cabellos y resulta que se encontraron dosis tan elevadas de mercurio, que en la actualidad se
considera el envenenamiento por este
metal como una posible causa alternativa de su muerte.
Dado que Brahe, como otros tantos de su época, estaba interesado en la alquimia y en la medicina, y que el mercurio era un componente común en las
medicinas alquímicas que se preparaba él mismo, es bastante probable que
muriera por la toxicidad de sus propias medicinas, tratando de recuperarse de
sus problemas urinarios de próstata. Antes de morir nos dejó escrito: ‘Por reflexión y por consejo de hombres
sabios, pensé que era inconveniente mostrar al vulgo los secretos de la
Alquimia. Porque pocas personas son capaces de servirse de sus misterios con
provecho, sin perjuicios’.
Tycho Brahe es el último científico célebre que les traigo del siglo XVII,
relacionado con los venenos como causa de enfermedad o muerte. Pero, como ya se
imaginan, hubo más. (Continuará)
Entretenida y didáctica. Espero que llegue hasta el siglo XXI
ResponderEliminarGracias
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