(Continuación) Los seis planetas referidos son: Mercurio,
Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Saturno. Y los cinco solidos platónicos: tetraedro, cubo o hexaedro regular, octaedro o
bipirámide cuadrada, dodecaedro e icosaedro (o bipirámide pentagonal.
Una lista la de los sólidos
que, a diferencia de la planetaria, es exhaustiva dado que no pueden existir
más sólidos de este tipo que cumplan todas las propiedades exigidas, es decir, convexidad y regularidad.
Por lo que sabemos, al conocimiento de la relación entre la distancia de los planetas el
bueno de Kepler llegó de manera accidental
o por serendipia, mientras demostraba la razón existente
entre un círculo y otro que se origina rotando un círculo inscrito. De repente
se dio cuenta que era la misma relación que existe entre las órbitas de Saturno y Júpiter.
En sus propias palabras: “Por un mero accidente, casualmente me
acerqué más al estado actual del asunto. Pensé que fue por intervención divina
que había obtenido fortuitamente lo que nunca pude obtener por medio de
cualquier esfuerzo”. Pues eso.
Como ya es sabido, tras nuevos
cálculos llegó a la conclusión que era inviable utilizar las figuras de los polígonos (dos dimensiones) para
representar a cuerpo como los planetas (tres dimensiones), y la cosa no fue más
allá. (Continuará)
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