(Continuación) Charles desarrolló su invento después
de que los hermanos Montgolfier (4
de junio de 1783), consiguieran elevar un globo con aire caliente en su
interior, y para ello utilizó una bolsa de seda recubierta con goma para que el
gas no se escapara.
Los ‘charlieres’
Y
su primer vuelo, no tripulado, tuvo lugar el 27 de agosto de 1783 con unos resultados espectaculares, pues logró
elevarse a una altura de unos novecientos metros (900 m), y volar durante cuarenta
y cinco minutos (45 min), llegando a recorrer veinticinco kilómetros (25 km).
Son más o menos los
que hay entre París y Gonesse donde, al descender el globo, por desgracia, fue destruído
por unos campesinos aterrorizados que pensaban que se trataba de una especie de
monstruo caído de los cielos. Natural.
Sin embargo como
vuelo fue todo un récord en globos aerostáticos. Por cierto que éste fue
construído por los hermanos e ingenieros franceses Anne-Jean Robert (1758–1820) y Nicolas-Louis
Robert (1760–1820).
El siguiente
vuelo, ya tripulado por seres humanos, lo llevó a cabo Charles en ese mismo
año, pero no antes de que Jean-François
Rozier Pilâtre y André Giroud de
Villette ascendieran en globo, sujeto a tierra, el 19 de octubre de 1783.
Y que el mismo
Pilâtre, ahora acompañado por François
Laurent de Arlandes, protagonizaran el primer vuelo libre en globo
realizado por el ser humano, que tuvo lugar el 21 de noviembre de 1783 a bordo
de una ‘montgolfiera’ de los hermanos.
En ese segundo
vuelo de Charles, que ya fue libre y primero de los realizados con un globo de hidrógeno, estuvo acompañado
por uno de los dos hermanos, Anne-Jean Robert, y salieron el 1 de diciembre de 1783, de la plaza de
las Tullerias.
Este otro globo ‘charliere’, de mayor tamaño que el
anterior, ascendió a unos quinientos cincuenta metros (550 m) de altura,
manteniéndose en vuelo durante 2 h y 5 min. Por lo que sabemos iba provisto de
un barómetro y un termómetro que lo convirtieron en el
primer vuelo en globo, capaz de realizar mediciones meteorológicas de la atmósfera terrestre.
En fin,
lo dejaremos aquí, por ahora, aunque consciente de los interesantes vínculos
que sobre científicos han quedado libres. Me refiero a Proust, Charles, por
supuesto Arquímedes, ¡ay! de su principio.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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