(Continuación) Tres años después, en 1912, Elisa Leonida se graduaba con honores y el mismo decano, al
entregarle su título reconociendo su valía y capacidad dijo de ella entre otras
elogiosas frases: “Die Fleissigste der
Fleissigsten” (la más diligente entre los más diligentes).
O sea que bien por su parte decano, de sabio dicen que es rectificar. De
esta forma la Leonida se convirtió en la primera mujer ingeniera especializada
en química de Rumania, en una de las primeras de Europa y creo que en la sexta
del mundo.
La sexta ingeniera del mundo
Aunque no tiene la mayor de las importancias, pero por ser lo más exacto
posible con los datos que les ofrezco, he dedicado unos minutos a este asunto.
Por lo tengo averiguado a Elisa le precedieron cinco mujeres en la consecución
del título de ingeniera, tres de ellas en las postrimerías del siglo XIX.
La primera fue la portuguesa Rita
de Moraes Sarmento que se graduó en Ingeniería Civil por la Universidad
Politécnica de Porto, en 1894. A la que le siguieron
tres danesas: las químicas Agnes
Klingberg y Betzy Meyer que se
graduaron en 1897, y Julie Arenholt
que lo hizo en 1901.
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También en el siglo XX y cinco años después, en 1906, lo hacía la
británica Alice Perry y tras ella la
hacedora de la ciencia que nos trae a estos predios, en 1912. Pero me imagino que
este debate sigue abierto
y es motivo
de discusión. En
cualquiera de los casos, estén correctos mis cálculos o no, ella es una pionera
de la ingeniería en el mundo.
Elisa, al igual que hicieron otros muchos jóvenes rumanos que estudiaron
en el extranjero, rechazó el trabajo que le ofrecieron en Alemania como
ingeniera en la compañía BASF, y regresó
a su país natal para trabajar en el Instituto Geológico de Bucarest.
Amor en tiempos de guerra
Un puesto en el que no pudo estar mucho tiempo ya que se declaró la Primera Guerra Mundial, en la que participó
como miembro activo de la Cruz Roja con
la misión de administrar los hospitales de campo cerca de Marașești, localidad
donde tuvo lugar la batalla final entre Rumanía y Alemania en 1917.
Una eficiente labor por la que recibió diversos reconocimientos y galardones
en el terreno profesional, y durante la que tuvo la satisfacción personal de
conocer al químico Constantin Zamfirescu,
hermano del escritor Duiliu Zamfirescu,
y con quien se casó en primera línea durante la guerra. Lo llaman amar en
tiempos revueltos. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
No sabía de su existencia y estas entradas me parecen muy completas y amenas
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