(Continuación) Eso es lo que dice el
conocimiento cierto que ya saben que es la ciencia,
y según la cual en lo que respecta a este asunto existen dos tipos de corte de
leche: uno creado por un agente químico
(un material ácido) y otro creado por
un agente bioquímico (un microorganismo). Veamos.
Cortado químico
Es el que ya hemos tratado en relación
al falso mito que acompaña a
cualquiera de las diferentes versiones del dicho popular, una de ellas por
ejemplo: ‘A la leche nada eches que se
corta’.
En puridad se trata de un bulo cierto e
incierto a la vez porque la leche, una
vez ingerida, se corta en el estómago
tomemos o no, antes o después, lo que sea. Es pues un proceso químico que dicho
sea, no sólo no es malo, sino que es del todo necesario y al que además estamos
acostumbrados desde el principio, vamos desde que nacemos. Así que de miedo al
corte lácteo, nada de nada.
Y digo desde el principio porque, como mamíferos que somos, el primer alimento
que ingerimos es la leche materna, la misma que se corta nada más llegarnos al
estómago, por lo que estamos acostumbrados a la ‘leche cortada’. Vaya si lo estamos.
Como le ocurre a cualquier otro
alimento que ingiramos, la leche experimenta una serie de reacciones durante el
proceso de digestión en nuestro estomago, que está a cargo de sustancias
químicas que, creanme, son bastantes más ácidas
que cualquier alimento que podamos tomar.
Me refiero al jugo gástrico, una mezcla
de secreciones compuesta desde el punto de vista químico por agua (H2O), trazas de cloruro de potasio (KCl), cloruro de sodio (NaCl), bicarbonato (HCO31-),
enzimas, mucus y ácido
clorhídrico HCl (dis) en un buen porcentaje.
Un ácido que tiene un valor de pH mucho más bajo que el del
temido zumo de naranja y que va a actuar sobre la leche, al igual que lo hacen
frente a otros alimentos que llegan al estómago, para facilitar su digestión.
Leche cortada
Y en dicho proceso -al igual que ocurre
en las operaciones aritméticas de adición y multiplicación, donde el orden de sumandos
y factores no altera el resultado- podremos tomar los alimentos en el orden que
más nos guste, y disfrutar así de un desayuno, almuerzo, merienda o cena bien rica
en variados nutrientes.
De hecho, también lo dijimos hace unas
entregas, tomamos muchos alimentos a base de leche cortada como el yogurt, el requesón, etcétera. Lógica empírica lo llamamos. Adios
bulo, adiós.
Nos referimos al inocuo y natural ‘cortado
químico’, que no tiene nada de insano y que bien podría ser la base del popular
refrán: “Que aproveche como si fuera
leche”. (Continuará)
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