(Continuación) Nuevas posibilidades científicas y de gran valor médico en
concreto, dado que la capacidad de aprendizaje y la memoria están estrechamente
relacionadas con las dentritas, por
lo que el estudio musical de su morfología puede resultar de gran utilidad para
la ciencia médica y la neurociencia.
Espinas dendríticas y medicina
Por ejemplo entre sus aplicaciones estaría la administración de nuevos
fármacos para curar enfermedades asociadas al deterioro cognitivo, o males como
el de Alzheimer o Parkinson. Así que las neuronas
producen una música que podemos reproducir, oír y que además cura, o eso al
menos dice la teoría.
Así que, si bien hasta ahora el estudio de las espinas tradicionalmente se
ha realizado mediante el análisis de imágenes de microscopía y tablas matemáticas,
es decir con el sentido de la vista fundamentalmente, a partir de este nuevo método
tenemos la posibilidad de examinar los cambios degenerativos de estos elementos,
usando el sentido del oído y, con la comprensión de su mecanismo, la
posibilidad de un mayor conocimiento funcional de nuestro cerebro.
La investigación, de la que no le he comentado forma parte del proyecto Cajal Blue Brain y parte de ella apareció
publicada en la revista Neuroinformatics,
en esencia parte de la hipótesis de que las espinas están colocadas en el
cerebro siguiendo algún tipo de patrón.
De forma que decidieron traducir sus valores morfológicos a elementos
musicales, y considerar que cada nota de la partitura representa a una espina y
su morfología, volumen y longitud, que se corresponde con parámetros musicales
como intensidad, tono, timbre y duración.
Pensado y hecho. Recorrieron las dendritas a lo largo de su eje y generaron
partituras en las que cada nota reproducida representa una espina y sus
características, y donde los silencios son igualmente relevantes, ya que se
corresponden con zonas sin espinas y, en principio, con menor actividad.
¿Cómo suenan las neuronas?
En la investigación se ha trabajado con una muestra de sujetos, sanos y
enfermos de 40 y 85 años, y tras la escucha se evidencia que las sinfonías
cerebrales de unos y otros son diferentes.
En el sujeto de más edad existe una disminución del número de espinas y de
su tamaño, lo que supone un mayor número
y más prolongados silencios, indicativos de una pérdida de actividad. Un mal
asunto. Pulse aquí si desea escuchar
cómo suenan las neuronas de un hombre de 85 años, y aquí para hacer lo
propio con las del de 40 años.
Este método -que permite transformar características morfológicas y de
distribución espacial de las dendritas, en propiedades propias del sonido y
específicamente musicales, a la vez que posibilita interpretar la música de las
neuronas y, por ende, comparar auditivamente la actividad neuronal- tiene sin
duda ventajas. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar
en el blog] las palabras en negrilla
y cursiva, si desean ampliar
información sobre ellas.
Espero que continue
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