(Continuación) En definitiva esta
corriente explicativa relacionada con nuestro cerebro inconsciente de reptil, y asociada a la dificultad que podemos
tener algunos a la hora de resolver situaciones como la del enigma de los dos
padres, ella la adjudica a lo que llama parcialidad
implícita de las conexiones
neuronales.
Es la que hace que en el acertijo de
marra nos apresuramos a considerarlo una
paradoja. Recuerden: “Un padre y un hijo viajan en coche y sufren un grave
accidente. El padre muere y al hijo se lo llevan a un hospital pues necesita
urgentemente de una compleja operación, para la que llaman a una eminencia
médica que cuando llega y ve al paciente, dice: ‘No puedo operarlo, es mi
hijo”.
Paradoja digo porque si el padre ha
muerto, ¿quién es entonces esa eminencia médica?, ¿quién es quién en este
acertijo? Naturalmente la respuesta nos resulta obvia cuando caemos en la
cuenta de que hemos vinculado la expresión “eminencia científica” con la figura
de un hombre, no con la de una mujer, lo que de hecho es.
¿Cómo es posible, cómo una respuesta puede
decir tanto de nuestros prejuicios? Y eso que si se fijan bien dicha expresión
se formula en femenino ¿Cómo puede ser posible que a tanta gente no se le
ocurra la respuesta más obvia? Pues por lo que científicamente se conoce como parcialidad
implícita o inconsciente.
Parcialidad implícita o inconsciente
Una especie de prejuicios que se
remontan a la más temprana infancia, en la que los niños aprendemos del mundo
que nos rodea y creamos en el cerebro asociaciones neuronales que relacionan
conceptos y recuerdos de una manera inconsciente.
Y si continuamente lo que vemos, oímos y
percibimos es que son los hombres y no las mujeres, las personas que están
asociadas al liderazgo, a un mayor estatus y a una mayor capacidad, pues eso es
lo que nuestro cerebro inconsciente va a aprender.
Para algunos está probado que la exposición desde la infancia a
imágenes aparentemente insignificantes como ésta, puede reforzar en muchos de
nosotros asociaciones de género que se quedan en el inconsciente, como también
lo pueden hacer las de raza, etnicidad, religión, orientación sexual y estatus
socioeconómico.
Lo que tiene su importancia pues es el cerebro
inconsciente el que está a cargo, la mayor parte del tiempo, de nuestro
funcionamiento diario.
Sin embargo existe otra línea
científica de explicación, quizás complementaria a ésta, que plantea unas
claves diferentes para el enigma paradójico parental y otros por el estilo, una
según la cual todos estos acertijos están basados en la vulneración de los que
podríamos llamar una conversación leal.
(Continuará)
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