(Continuación) A partir de esa edad, cinqueño,
el animal ya no tiene un nombre específico pasando a denominarse con la simple
enumeración de la misma, es decir, toro
de seis años, toro de siete años
y así sucesivamente. Por cierto se trata de una calificación que se emplea
indistintamente para hembras y machos de la dehesa brava.
Y dicho lo escrito respecto al aspecto nominativo del guarismo, continuemos con el cuantitativo que veremos en las reses
de esta temporada 2018. En las novilladas
picadas, corridas con picadores donde por ley se lidian novillos, veremos machos
con tres años (utreros) que pueden
alcanzar los quinientos kilogramos (500 kg) de masa y que portan el guarismo 5. En el caso de que en el
festejo se suprima la suerte de varas de la lidia, se tratará entonces de una novillada sin caballos y los animales que salgan a la plaza serán erales, con hasta doscientos kilogramos
(200 kg) de masa que llevarán el guarismo
6 en su paletilla.
El cálculo es bien sencillo. Basta con restar a la unidad del año actual, el
8, los tres o dos años que por ley debe tener el animal, para que nos salgan el
guarismo 5 o el 6. Es decir que nacieron en 2015 o 2016, aunque también pudieron
hacerlo en 2014, pues es el año ganadero
el que cuenta, no el natural.
Igualmente, en las corridas de toros donde se lidian machos con cuatro y
cinco años, cuatreños y cinqueños, que pueden alcanzar los
seiscientos kilogramos (600 kg) de masa, veremos el guarismo 4 y el 3. De
modo que son animales que han nacido en 2014 o 2013, aunque también podrían
haberlo hecho en 2012. Ya, ya sé que este asunto está pendiente de resolver, por
lo que me pongo manos a la obra.
“Ese toro es del guarismo del cuatro”
Es una afirmación que con frecuencia podemos oír a alguien que, atento a la
lidia y próximo a nosotros, emite nada más salir el animal por toriles, la puerta que comunica el
albero de la plaza con los chiqueros,
que es donde los toros aguardan el momento de su lidia y adonde pasan procedente
de los corrales de la plaza.
En mi caso la expresión se la suelo escuchar a Paco -otro buen aficionado con el que coincido en la ‘barrera
movistar’ que el RCL de Sevilla tiene
en sus instalaciones deportivas junto al “rio grande”- y que complementa con
un: “Lleva el guarismo del cuatro, así
que es cuatreño”. Lo que es cierto pero sólo de forma aproximada.
Aproximada digo porque, aunque es correcto en lo que atañe a los años
cumplidos, no dice nada de los meses y eso, en un animal como el toro, les
aseguro que es un detalle que tiene su importancia y hay que tener en cuenta.
No es lo mismo un morlaco de cinco años y dos, cuatro o seis meses, que otro
cinqueño con ocho o diez meses. No lo es porque no han comido la misma hierba y eso se nota.
Pero como en la vida no hay dos sin tres, a veces hay quien añade a estos
dos acertados comentarios un tercero: “Sí,
porque nació en 2014”. Y aquí, en esta tercera afirmación, pudiera ser que
hubiera un error ya que algún animal de éstos podría haber nacido en 2013. Un
asunto en el que tienen que ver aspectos como el año ganadero que ya les nombré y el comienzo de la temporada
taurina en España de los que escribo en seguida. (Continuará)
Muy claro e interesante, aunque ya lo sabía. Lo único que no entiendo es lo de "barrera movistar"...
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog.
¿Por qué se suele ver tan mal el guarismo en algunos toros?
ResponderEliminarFelicitaciones por las entradas taurinas.