(Continuación)
No. Una vez más el francés quedaba en evidencia, pues más que otra cosa lo que
dejaba entrever eran sus propios celos profesionales. Los que el artista
brillante siente cuando está delante del artista genial, y lo reconoce como tal
aunque no lo admita. Genial porque no en vano, a lo largo de su vida, el
español mostró interés profesional por diferentes campos del conocimiento
científico.
Por
citar algunos se interesó por las ilusiones ópticas y las imágenes dobles de G. Dou. Por la mecánica cuántica de M. Planck. Por la relatividad de A. Einstein. Por el nacimiento de la
energía nuclear y la física de partículas. Por el descubrimiento de la
estructura del ADN de Watson y Crick entre otros. Por el desarrollo
del láser y los hologramas de D. Gabor.
Por las técnicas estereoscópicas de Fresnel.
Por la teoría de las catástrofes de R.
Thom. Por las implicaciones de la cuarta dimensión de Banchoff.
De
todas estas ramas de la ciencia se nutrió Dalí
para elaborar buena parte de su obra, que llevó a cabo desde los años treinta
hasta el final de sus días en el siglo pasado.
Por
cierto que T. Banchoff, el matemático estadounidense investigador de la
visualización de la cuarta dimensión, protagonizó una anécdota que refleja muy
bien el interés del pintor por la ciencia, a la vez que su codicia por el
dinero. Cuenta que en marzo de 1975 recibió una llamada del artista para
concertar una cita.
Como había sido publicada una entrevista que le había hecho
‘The Washington Post’ a propósito de
su trabajo sobre la cuarta dimensión, y le habían fotografiado junto a una
reproducción del ‘Corpus hipercubicus’ de Dalí, se temió lo peor.
Conociendo
el paño, estaba seguro de que el “divino” le iba a reclamar derechos de autor
por la fotografía aparecida en el periódico. Bueno era nuestro ‘Avida dollars’ para sus cosas y pruebas
más que suficientes había dado de ello. No obstante, en esta ocasión erró en su
vaticinio, no fue así. Sorpresivamente, el artista tan solo deseaba conocerlo e
interesarse por sus matemáticas. Desconcertante universo daliniano.
Sobre
qué y cuánta ciencia sabía Dalí a la hora de pintarla, o si su obra en el fondo
contiene y esconde todo lo que se le quiere atribuir por la forma, es algo que
cada uno debe concluir después de una reflexión. Bueno también está el asunto
de la pitonisa y supuesta hija. Una cuestión de ADN, mire usted por dónde.
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