Del fonógrafo sólo decir que se
trata de un elemental sistema de grabación/reproducción mecánico analógico.
Primero las ondas sonoras, mediante
un transductor acústico-mecánico, se transforman en vibraciones mecánicas que hacen moverse a un estilete o aguja que,
en su desplazamiento, va labrando un surco modulado en forma helicoidal sobre
un cilindro. Es decir, grabamos lo que
oímos.
Después, una vez grabado, la colocación de la aguja sobre el cilindro en movimiento
invierte el proceso. Y las vibraciones
mecánicas del surco se transforman en ondas
sonoras. O lo que es lo mismo, oímos lo que grabamos, 'Mary had a little lamb'.
Desde el punto de vista histórico, el fonógrafo es uno de esos inventos de
paternidad compartida, ya saben por dónde voy. Madre no hay más que una pero
padre, a veces, bueno que les voy a decir que ustedes no sepan o intuyan.
El caso es que en este caso, parece ser que fue inventado por el inefable Thomas Alva Edison, cómo no iba a estar
él en un invento electromagnético de la época, pero también por Eldridge R. Johnson y Emile Berliner.
Ahora bien, patentar, lo que se dice patentar, lo patentó T. A. Edison, el
19 de febrero de 1878. Que dicho sea de paso, bueno era el señor Edison para
estos asuntos de las patentes. Busquen que hay algo enrocado a propósito.
Del gramófono, dispositivo sonoro
más próximo a nosotros en el tiempo, solo iterar lo ya comentado en anteriores
entradas. Fue el primer sistema de grabación y reproducción de sonido, que
utilizó un disco plano en lugar del cilindro.
En este dispositivo la guerra de las patentes la ganó Emile Berliner que lo hizo en 1887. No siempre se puede ganar,
aunque se sea el gran Edison.
Inciso astronómico
Les hablaba ayer de la desaparición hacia 1929, y para siempre, de los
cilindros de fonógrafos a favor de los discos planos. Un sorpasso en toda regla que coincidió en el tiempo con una noticia proveniente
del campo de las disciplinas que conocemos como ciencias del espacio.
Fue más o menos la misma época en la que los astrónomos Georges Lemaître (1927) y Edwin Hubble (1929), de forma totalmente
independiente, descubrieron galaxias más allá de la Vía Láctea que se estaban alejando de la Tierra.
O lo que es lo mismo, tenían a vista de sus telescopios una prueba empírica
de la expansión acelerada del universo,
al poder medir el corrimiento hacia el
rojo de galaxias distantes. O sea el efecto
Doppler de la luz, entendida claro
como radiación electromagnética.
Y cierro el inciso astronómico enlazando donde lo dejé, en los soportes musicales,
cuando les decía que a los discos planos de vinilo, les pasó lo mismo que a los
cilindros.
El avance tecnológico los hizo desaparecer a finales de los años ochenta, cuando
medios digitales como el disco compacto (CD), el MP3 o inclusive el DVD, se apropiaron de buena parte del mercado discográfico del
vinilo, haciendo que cayera su uso.
Nihil novum sub sole, que nos dejó escrito el clásico y que es bien cierto.
Pero en honor a la verdad, sin embargo, en su caso no se produjo una retirada
definitiva, quiero decir para siempre. No. Parece más bien que estuviéramos
ante uno de esos cantes que llaman “de ida y vuelta”, ya saben.
En su libro '100 citas comentadas de ciencia' aparece la grabación en fonógrafo de la canción 'Mary tenía una ovejita...' de Edison.
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