(Continuación) Con una media sonrisa,
se ve que no he sido el primero, alguien de la entidad competente en estos
asuntos me ha confirmado que la advertencia no tiene base alguna. Ningún banco,
al menos que él conozca me dice, tiene en su sistema informático una aplicación
de cajero con semejante función.
Así que de credibilidad, cero como
dicen algunos analfanuméricos.
Es más, me dijo que si disponía de
tiempo probara a hacerlo con mi propia tarjeta en su presencia. Que introdujera
la tarjeta, marcara el PIN al revés y que esperara.
Pero que no desesperara
porque del cajero no obtendría más que el típico mensaje de número no correcto
y la advertencia de que me quedaba sin la tarjeta si sigo insistiendo.
Ah, y de la Policía por supuesto ni
rastro. Ni está ni se la espera, al menos por esta causa. No obstante...
...No obstante y por aquello de que
toda falacia esconde un fondo de verdad, me comenta que tras este falso rumor
hay algo de “real”.
La verdad de la mentira
Resulta que de alguna manera, el
sistema de alarma de las cajas fuertes de bancos puede desconectarse marcando
un número inferior o superior (no me lo aclaró) a la contraseña real. Es uno de
los métodos que utilizan algunas entidades bancarias para alertar de forma silente
a la Policía.
Ése puede ser el origen del bulo de las
tarjetas de los cajeros automáticos, pues no es más que eso
Y aunque en noticias falsas como ésta
es lugar común que en su contenido insistan en “no es una broma”, es “importante”,
que proviene de un cuerpo de seguridad del Estado o que es necesaria su “máxima difusión”, usted de entrada niegue
la mayor. Precaución.
Recele y lo primero llame al banco si
es el caso o a la Policía.
El primero le dirá que las medidas de
seguridad que toma como tal entidad, las comunica a los clientes de forma directa
y no por estos medios. La segunda, y en lo respecta a este bulo, le dirá que el
engaño viene ya de lejos pues lleva casi siete (7) años en la red.
Parece ser
que salió en diciembre de 2010, es decir a finales de la primera década del
siglo XXI.
Además le advertirán que con estos
mensajes fraudulentos lo que pretenden es captar todo tipo de datos personales,
para luego usarlos con fines poco confesables como por ejemplo enviar un spam.
Spam
Una voz de origen inglés con la que se designa
a esos correos electrónicos que nos llegan, generalmente publicitarios, sin
haberlos solicitados y tan molestos.
Un término para el que el español tiene
alternativas muy válidas como las expresiones “correo no deseado”, “correo
basura” o “mensaje basura”.
Una palabra, sigo con spam, cuyo origen tiene una curiosa historia
que guarda relación con algo que ni se imagina. Resulta que spam es un tipo de carne, de carne
enlatada, que los soldados comieron durante la Segunda Guerra Mundial del
pasado siglo.
Pero esa es otra historia que junto a
la del abrelata, bien merece ser contada en otro momento. De modo que la
dejaremos aquí por ahora. Hasta entonces.
Somos un grupo de estudiantes de matemáticas y nos gustaría saber las respuestas de estas dos preguntas que "deja en el aire": ¿Es cierto que resulta fácil adivinar el número de una tarjeta bancaria o de un móvil? y ¿Hay PIN más frecuentes unos que otros?
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