martes, 21 de junio de 2016

Verano de 2016. Inicio astronómico (y 2)

(Continuación) Un tiempo que es poco menos que el de una vida humana. Espero que no se lo hayan perdido.

Las noches de novilunio o luna nueva de este verano, serán las del 4 de julio, 2 de agosto y 1 de setiembre. Ya saben cada veintinueve (29) o treinta (30) días. Hay cosa que no cambian.

Acerca de los cambios estacionales
A modo de prontuario recordar, en relación con estos hechos, que:

1. Tanto equinoccios como solsticios se corresponden con un momento singular, que dura sólo un instante de tiempo. Es decir que el cambio astronómico de estación se produce repentinamente.

Trato de decirles que no son una fecha, ni duran un día entero. Otra cosa es que acostumbremos a llamar equinoccio o solsticio al día en que ocurre ese instante.

2. Por el contrario, el cambio meteorológico de estación no se produce de forma repentina. El doble y continuo movimiento de rotación y traslación terrestre, van haciendo que este cambio se produzca de forma gradual y constante, con el sucesivo transcurrir de los días, semanas y meses.

3. Los cambios estacionales son distintos para el hemisferio norte y el hemisferio sur del planeta.

4. La fecha de comienzo de las estaciones oscila en un periodo temporal de dos o tres días.

Otras observaciones: eclipses, meteoros y constelaciones
Durante este verano se producirán dos (2) eclipses.

Uno anular de Sol, sucederá el día 1 de setiembre y será visible en el Atlántico, África y el océano Índico. Y otro penumbral de Luna, el 16 de setiembre y visible en el Pacífico, Australia, África y Europa.

De difícil observación por ser penumbral, el de Luna será visible en España donde alcanzará su máximo a las 20 h 52 min, hora oficial peninsular y balear.

Aunque no dispongamos de ningún telescopio, es posible observar las lluvias de meteoros que de forma ocasional, se producirán.

Las dos más intensas durante el estío son: la delta Acuáridas, cuyo máximo ritmo se da alrededor del 30 de julio; y la más famosa del verano, la de las Perseidas, conocidas también como las Lágrimas de San Lorenzo, cuyo máximo se da alrededor del 12 de agosto.

La observación de esta última lluvia de estrellas se verá dificultada, al menos en la primera parte de la noche por hallarse la Luna en fase posterior al cuarto creciente. Recordar que el 18 de agosto es luna llena.

En cuanto a las agrupaciones ficticias de estrellas conocidas como constelaciones, alrededor de la estrella Polar se verán a lo largo de la noche a: Casiopea, Cefeo, el Cisne, el Dragón y las dos Osas.

En la dirección de Este a Sur a Oeste se verán por este orden a: Pegaso, el Águila, la Coronal Boreal y la Cabellera de Berenice. Y cerca del horizonte se verán a lo largo de la noche algunas de las constelaciones zodiacales de la Virgen a Acuario, esta última ya cerca del amanecer.

Entre las estrellas más brillantes visibles en esta época destacan las que constituyen el conocido como “triángulo del verano”, es decir: Altair (en el Aguila), Deneb (en el Cisne) y Vega (en la Lira). Una auténtica maravilla.

El día del solsticio de verano
Corresponde al de mayor duración del año y casualmente es también aquel en el que la Tierra, en su trayectoria elíptica alrededor Sol, está más alejada. Es decir se trata del día del afelio. (Continuará)


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