Otro de sus cuentos improvisados en sus reuniones sociales ante sus amigos que, deslumbrados por su temática y exposición, se encargaron de transcribir. Espero que les guste.
“Al llegar Jesús al lugar donde yacía el muerto ordenó con voz estentórea:
- Lázaro, levántate y anda.“Al llegar Jesús al lugar donde yacía el muerto ordenó con voz estentórea:
Y aquel que estaba muerto echó a andar. Y por fin, cuando lo libraron de las mortajas que antes lo constreñían, Lázaro no cayó a los pies de Aquel que lo había despertado, sino que permaneció en silencio y aparte.
Y Jesús se acercó hasta donde estaba y hablándole en susurros le dijo:
-Tú, que has estado muerto durante cuatro días y que ahora has vuelto con nosotros, dime, ¿qué hay más allá de las tinieblas de la tumba?
Lázaro miró a Jesús con acritud de reproche y dijo:
- No lo haré ¿Por qué me has hablado con falsedad y por qué insistes en contar esas mentiras sobre las maravillas del Cielo y la gloria de Dios eterno? Pues sepa, rabí, que no hay nada después de la muerte y que el que está muerto, muerto está.
Al oír esto, Jesús alzó un dedo hasta sus labios y con un ruego en la mirada dijo:
- Lo sé, pero no se lo cuentes a nadie”.
El escritor irlandés sabía que, muchas veces, las preguntas llegan, lo que es terrible, más tarde que las respuestas. Y que aquellas nunca son indiscretas, mientras que éstas a veces sí.
Tampoco ignoraba, que si uno dice la verdad tarde o temprano será descubierto. Así le fue.
Wilde forever.
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