Tienen algún tipo de dependencia que Einstein incluso formula, utilizando para ello el tensor de curvatura y la métrica.
De esta forma define una cantidad geométrica G, conocida como tensor de Einstein, que nos describe la forma en la que el espacio-tiempo se curva, y su ecuación presenta el siguiente aspecto donde G, que mide la curvatura del espacio, se relaciona con T, que mide la cantidad de materia o masa.
Naturalmente G es la constante de gravitación universal, ya presente en la teoría newtoniana. c, es la velocidad de la luz, constante básica en la teoría de relatividad especial.
A propósito de π
Y π es una de las constantes geométricas que, sin ser física, aparece con inquietante frecuencia en ecuaciones que describen las leyes fundamentales que parecen regir el Universo.Así, a bote pronto, me vienen a la memoria las siguientes ecuaciones en las que aparece: constante cosmológica, principio de incertidumbre de Heisenberg, campo de Einstein de la relatividad general, ley de Coulomb para la fuerza eléctrica, ley de la permeabilidad magnética del vacío, tercera ley de Kepler, etcétera.
¿Qué hace este número irracional, esta relación entre la longitud de una circunferencia y su diámetro de la geometría euclidiana nada menos, en una ecuación física que describe la Naturaleza?
Lo dicho, es inquietante. Pero bueno, bien visto, no nos debería sorprender. Ya estábamos avisados por el pisano: “El gran libro de la naturaleza está escrito en símbolos matemáticos”.
Ya, avisados sí pero, ¿advertidos?
En cualquier caso ¿por qué? ¿Qué tiene que ver la naturaleza y un constructo de la mente humana? ¿Acaso cabe el Universo en la mente humana?
¿Hay suficientes neuronas y sinapsis cerebrales, como para abarcar tanto cuerpo celeste?
... y la materia le dice al espacio-tiempo cómo curvarse”
La segunda esquina cognitiva que doblar de las que les hablé, ya saben, para la correcta comprensión de lo que significa la frase de Wheeler, es más bien como una de esas calles antiguas con varias revueltas.Ya se hacen una idea, calles con varios recodos, esquinas o curvas y que en este caso son tres. A saber.
La primera, el entendimiento de que la naturaleza de los cuerpos es la razón de la gravedad; algo así como que todos los cuerpos por el mero hecho de tener materia (masa) se atraen.
La segunda, la aceptación de que las partículas son tan pequeñas que su efecto sobre el campo gravitacional en el que se mueven es insignificante. Y la tercera, la ecuación de Einstein que nos muestra cómo la materia está relacionada con la curvatura del espacio.
Es decir que la TRG de Einstein es toda una teoría gravitatoria, como lo es la de gravitación universal de Newton. Cada una en su época.
Se lo dije. La gravedad einsteniana, es una callejuela con revueltas y “sin salida, donde yo vivo encerrá”, como canta la copla.
Pero no es una más, sino una que la complementa y envuelve, dejándola como caso particular, para unas condiciones concretas. Las de nuestro entorno, claro.
O sea que más que callejuela vendría a ser lo que en Andalucía llamamos barreduela, una plazoleta por lo general sin salida.
En este sentido la relatividad, como nuevo cuerpo de conocimiento, no supuso un cambio de paradigma en el mundo de la física, como sí lo llegó a ser la mecánica cuántica. (Continuará)
Espero impaciente la continuación. De lo más clarificador
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