Desde el exterior hacia dentro, lo conforman doce (12) medallones que representan los meses del año. Indican el santo del día y la fecha del mes y fueron realizados por el pintor checo Josef Mánes en 1870.
También se pueden apreciar los signos del zodiaco y, en el centro, el Escudo de Armas de la Ciudad Vieja.
Por último, quedan las figuras que lo flanquean. Dos (2) esculturas a cada lado que, empezando por su izquierda, la de usted, representan a un filósofo, un ángel, un astrónomo y un cronista.
Y hasta aquí una primera descripción del Reloj Astronómico de Praga.
Una verdadera joya medieval, tanto desde el punto de vista artístico como científico y técnico. Sin duda es el más antiguo de Europa y está provisto de un mecanismo fascinante en cuanto a diseño, estética y funcionalidad.
De hecho les dije al comienzo de estas entregas que se trata de un reloj singular y casi único.
Lo de singular es una obviedad, por lo que no hay nada que añadir. Y sobre su casi unicidad, sólo decirles eso, que no es el único que existe de este tipo. Entre los siglos XIV y XV, y enteradas de su popularidad, otras ciudades europeas (Norwich, Padua o Estrasburgo) construyeron sus propios relojes.
Pero no es lo mismo.
No es que estén mal, no quiero decir eso, ni mucho menos. Pero es que ninguno le hace sombra. O eso me parece a mí.
Adenda
Quedo en el compromiso de hablarles de la historia y leyenda del reloj, de lo más jugosas, así como de algunos de los personajes que lo observaron. En particular de dos de ellos, un tal Kafka y otro de apellido Einstein. Igual le suenan.¡Ah!, de ellos y de una farmacia que atendía al evocador y mitológico nombre de El Unicornio y donde, se cuenta por los mentideros de la historia, es probable que ambos hombres coincidieran.
Sin olvidarme claro de las teorías de la relatividad del segundo.
Sí, es mucho lo que representa el Reloj Astronómico de Praga. Y no menos lo que ha visto a su alrededor con el paso de los años.
¿Cómo se escribe con cifras una década?
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